40.000 kalasnikovh Prueba a gritar, prueba a llorar; vuelve a negarlo todo.   Fue antes de ayer cuando estuvimos sentados en el Kriselu, con un par de estrellas. Hacía poco que había llegado de vuelta a Vitoria, a esa Gasteiz que me lo ha dado todo y donde he conocido a esas personitas a  las que con el tiempo he tomado como ejemplos a seguir. Siempre rebosante de proyectos, lleno de ideas y, sobretodo, preparando la cabeza ...