Otra vez otro 28 J, que ya nadie llama, como antaño,  día de la liberación homosexual, sino del Orgullo GLTB, o más reducido día del Orgullo, pero que debido a las reducciones semánticas, nada ajenas a los media y a los círculos de poder que los manejan,  pronto será determinado como Pride, sin más. Parece ser que se conmemora una fiesta más cercana a una celebración del consumo rosa, del ocio insolidario,  a una feria de muestras donde la reivindicación y la protesta no ha lugar u ocupa un espacio oscuro y ocultado. No se puede negar que las leyes de la i...