En oposición al afrancesamiento del s. XVIII los románticos van a resaltar lo propio y peculiar de cada región. Fruto de ello será el costumbrismo (los cuadros de costumbres madrileños o andaluces) y la preferencia de temas legendarios o históricos de cada país. Surgen además movimientos defensores de las lenguas vernáculas como vehículo literario. Todas las miradas están concentradas a él, mostrando un culto al yo. Sólo habla de sí mismo, puesto que Bécquer, a pesar de haber nacido en el Realismo, era un Romántico tardío; por ello su deseo de volver atrás y su refugio en paisajes típicamen...