La elección de Odón Elorza como alcalde donostiarra allá por el ya lejano 1991 fue una carambola de esas que suelen darse como consecuencia de los pactos postelectorales, porque no era, ni mucho menos, la lista mas votada, pero recibió los votos del PP y el PNV.Así que no puede decirse que la llegada fuera gloriosa, aunque hay que reconocer que sí fue duradera, pues han hecho falta ni más ni menos que veinte años para desplazarle del sillón municipal. Y por la forma en que se ha escenificado la salida, todo parece indicar que con el paso de los años le había cogido el gusto al cargo,...