Munduko Goitibehera Txapelketa (Iruña 2008)

EL traqueteo de los rodamientos contra los adoquines y los gritos de los pilotos al acercarse a las curvas anunciaba su llegada. Un total de 68 jóvenes navarros y venidos de la Comunidad Autónoma Vasca, La Rioja, Valencia y Francia se lanzaron ayer por la cuesta de Santo Domingo para protagonizar una carrera trepidante, divertida y no exenta de peligro: la novena edición del Campeonato Mundial de Goitibehera. Una vez más, la popular carrera anunció la llegada de los Sanfermines llenando de colorido y buen ambiente el recorrido del encierro, desde la plaza del Ayuntamiento hasta el puente de Curtidores. Los pamploneses abarrotaron las inmediaciones del circuito para ver goitibeheras de todos los estilos, de dos, tres y hasta cuatro ruedas.

El ganador en categoría de goitibehera ligera fue Lionel Lefevre que batió el récord de descenso con un tiempo de 50 segundos en completar el recorrido. En la tanda de G1, el Campeón de Euskadi 2007, Iñigo García y sus compañeros que montaban la goitibehera Sastraka , consiguieron un tiempo de 52 segundos haciéndose con el primer premio. La victoria en G2 fue para El Garito de Alvarito 2, cuyos pilotos venían desde la Comunidad Valenciana, Castellón, para así, de paso, "quedarse unos días en Pamplona y disfrutar de los Sanfermines", aseguraron. En rodamientos ganó Aterpe2 con un minuto y nueve segundos y en la categoría txikis Orkatz, venido de Erandio.

El premio a la originalidad se lo llevó Indarra Team por poner la nota de color y diversión en esta edición del mundial. Su atuendo dejaba volar la imaginación: patillas a lo Chikilicuatre, camisas negras, pañuelo en la cabeza, colgantes de oro, melena negra... Todos ellos montados en un auto de choque decorado al detalle y con bengalas que centellearon en su descenso.

El resto de los participantes se lanzaron cuesta abajo con un atuendo más discreto: camisetas, pantalón corto, casco, arnés y rodilleras: todo lo necesario para salir ileso de un choque en la curva. Aunque alguno a punto estuvo de tirarse en mangas de camisa y sin casco.

La organización, Federación de Peñas de Pamplona, multiplicó las medidas de seguridad y contó con 60 voluntarios. La de ayer era la tercera edición que discurría por el recorrido del encierro, en vez de por la cuesta del Portal de Francia, y la segunda que no se celebraba en San Fermín Txikito sino a finales de junio. El cambio de fecha aumentó el numero de participantes de otras comunidades atraídos por la cercanía de San Fermín.

El campeón de G1, de 27 años y natural de San Sebastián, explicó que la clave para ganar se reparte al 50% entre la pericia del conductor y el ingenio con el que se ha diseñado la goitibehera, tiene que ser "aerodinámica y ligera". Por eso, trajo a Pamplona su Sastraka . Con respecto al peligro de la carrera, el veterano en la edición pamplonesa Juan José Serrano, de Noáin, aseguró que la mayoría de los corredores tiene más miedo "a que se rompa la goitibehera, que ha partirse la crisma".

El circuito tiene 530 metros de longitud con una pendiente media en la que al principio los pilotos tenían que esforzarse para empujar el vehículo hasta que tomase velocidad. "El recorrido de Pamplona es muy sencillo, apenas tiene curvas ni pendientes, nada comparado con los de otros pueblos de Euskadi, pero el ambiente es lo mejor. Este campeonato es uno de los que más público congrega", afirmó García.

Por esta razón, "es muy importante inculcar a los participantes el uso del casco pero también del arnés y las rodilleras", afirmó Mikel San Martín, corredor y miembro de la Federación Navarra de Goitibeheras, minutos antes de lanzase cuesta abajo, cuando los nervios están apunto de convertirse en adrenalina. En la llegada a meta, los jóvenes sólo pensaban en repetir la experiencia.