Tren de Alta Velocidad: punto de inflexión
Carta al director de Pedro Leralta, publicada en Diario de Noticias.
Suenan las alarmas. La Cámara de Comptos acaba de alertar de las "consecuencias que se pueden derivar del proyecto de las 9.000 viviendas de la estación del Tren de Alta Velocidad en Etxabakoitz", y en decenas de ayuntamientos navarros se han aprobado mociones exigiendo la paralización del proyecto del Tren de Alta Velocidad. Sin embargo, hace unos días ha saltado la bomba: en un pueblo de la Cuenca la moción ha salido adelante con los votos favorables de PSN, UPN y PP. Hasta ahora solamente había ocurrido que algunos ediles del PSN se habían abstenido, e incluso un par de ellos votado por la paralización, pero de UPN y PP es la primera vez.
Es un claro punto de inflexión. Y no será el último, pues se ha abierto la caja de los truenos. No es para menos; con una crisis de caballo, las finanzas navarras en la Unidad de Cuidados Intensivos, un paro realmente espectacular y recortes sociales de todo tipo, hay dirigentes políticos que todavía siguen empeñados en realizar macroestructuras innecesarias. Del AVE (Alta Velocidad Española) se pasó al TAV (Tren de Alta Velocidad), ahora le llaman TAP (Tren de Altas Prestaciones) y posiblemente le acaben llamando TMG (Tren Muy Guay). El tema es vender la moto como sea. Pues que dichos dirigentes sepan que se están quedando sin apoyos, y que ya empiezan los mismos componentes de sus partidos a rebelarse, y con razón, pues por ser concejal no tienes por qué ser ni sordo ni ciego, y la disciplina de partido tiene un límite.
Si se quiere, que no es realmente necesario, mejoremos la vía actual desdoblándola y vallándola entre Castejón y Altsasu, y tendremos prácticamente el mismo resultado, pero utilizando la décima parte del presupuesto, respetando la naturaleza y siguiendo dando servicio a las comarcas.
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