Lo que nadie dice sobre el Protocolo del TAV en Nafarroa
Fragmentos de un largo artículo de opinión, firmado por Jesúsmari Tomás y Pablo Lorente, y que puede leerse completo en la web de AHT Gelditu Elkarlana:
El protocolo del TAV ha sido la forma de colaboración escogida por el Gobierno de Navarra y el Gobierno de España, escenificada el pasado 16 de mayo con su firma. Con ella, nos encontramos ante una actuación que supone básicamente un ejercicio de propaganda política con un amplio seguimiento mediático más que una actuación real al servicio de todos los ciudadanos.
Tal vez, el único efecto apreciable e inmediatamente ejecutable del Protocolo firmado es la previsión de la cláusula tercera, punto sexto, que autoriza a partir de la firma del Convenio y una vez se autorice por el Ministerio de Fomento, a que la Comunidad Foral adelante o anticipe la contratación de los proyectos básicos y de construcción correspondientes a las actuaciones que van a ser responsabilidad de Gobierno de Navarra, actualmente el tramo Castejón-Comarca de Pamplona y la eliminación del bucle ferroviario de esta última. De hecho, este mecanismo ya se ha puesto en marcha (publicación de Diario de Navarra de 2 de junio de 2009), permitiendo al Gobierno Foral dar la imagen de que se ha puesto en marcha la construcción del tren de alta velocidad.
Es aquí donde los firmantes añaden una vuelta de tuerca estableciendo que la virtualidad de dichos proyectos de construcción y los efectos de su contratación frente a la Administración del Estado se producirá a partir de la firma de los convenios que desarrollen este Protocolo. Por tanto, Navarra licita con la autorización de Fomento la redacción de los proyectos y los paga, pero no tiene la seguridad de que se vayan a aceptar por Fomento, al menos hasta la firma de ulterior protocolo en el que se les dará "virtualidad" y se abonarán "en función de las disponibilidades presupuestarias" y en todo caso en función de un convenio de desarrollo que se suscriba.
Por último, hay alguna cuestión que no se ha explicado suficientemente a la opinión pública y es el hecho de que el impulso que se quiere dar al "corredor navarro de alta velocidad" lo es a un proyecto fragmentado y que difícilmente en un corto-medio plazo va a generar la llegada del tren a Iruñea. Así, mientras hay proyectos más avanzados, como son el tramo Castejón-Comarca de Pamplona o la propia eliminación del bucle ferroviario de la Comarca, hay tramos en donde ni siquiera se ha realizado el estudio informativo, como el tramo Tudela Castejón y otros que son competencia del Ministerio de Fomento como Plasencia de Jalón-Tudela que no garantizan la llegada del tren a esta última localidad en un plazo razonable.
En realidad, mientras lo interesante para los mandatarios forales es posibilitar el desarrollo urbanístico de Pamplona con la liberación del terreno actualmente ocupado con las infraestructuras ferroviaria y el desarrollo del barrio de Etxabakoitz que se encuentra muy detallado, nadie sabe lo que va a pasar con los tramos mencionados y ni siquiera se ha abierto el debate sobre la conexión con la Y vasca ni se sabe tampoco dónde va a ir ubicada la estación de Tudela.
Políticamente nos encontramos con un proyecto en que, lo de menos es el tren y su fecha de llegada (que puede ponerse y quitarse a golpe de declaración) y lo único importante es parecer que se está haciendo algo, desarrollando rápidamente y de forma paralela todos los proyectos que las potencialidades del cemento nos permitan a lo largo y ancho de una obra de estas características que sirve de gran legitimadora.
Por tanto, una vez más, un proyecto de grandes dimensiones, discutido y discutible, sirve para encubrir todo el resto de actuaciones que, desde un punto de vista del desarrollismo ciego generan plusvalías para los dueños de los grandes negocios hipotecando el futuro social y medioambiental de Navarra, quebrando el principio de solidaridad y acrecentando más la brecha existente entre ricos y pobres. Todo ello bajo una filosofía en que lo importante es el movimiento por si mismo, aunque no sepamos hacia dónde.
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