El binomio disoluble, artículo de opinión
Artículo de opinión de Juan Kruz Lakasta en Diario de Noticias.
¿Remember el indisoluble binomio pantano de Itoiz-Canal de Navarra, imprescindible para el desarrollo económico de Navarra? Pues va y resulta que es disoluble y una ruina. Así lo afirma un proyecto fin de máster elaborado por Rosario Brinquis en la facultad de Economía de la Universidad de Zaragoza.
Concluye que el binomio no es viable y cuestiona la conveniencia de abordar su segunda fase. Lo hace, además, aportando un aluvión de datos: la macroinversión presa, canal y primera fase de la zona regable supone una inversión de 1.752 millones en 30 años. En la primera fase del canal se consumen 2,75 hectómetros cúbicos de una reserva de 60. Los regantes pagan 5,5 millones al año por explotar las 22.300 hectáreas de esa primera fase. El regadío apenas genera empleo y la productividad es muy baja. La recuperación de los costes por los usuarios en un plazo de 30 años se queda en el 27%. Construir otros 98 kilómetros de la segunda fase del canal hasta Pitillas supondría un gasto extra de 1.000 millones. Y todo eso sin entrar a valorar el daño medioambiental, y el miedo humano de las gentes que viven a la sombra de la presa. Quien quiera más datos, que consulte las dos esclarecedoras páginas que este periódico [Diario de Noticias] publicó ayer sobre el proyecto fin de máster en cuestión.
Hace 15 años a un estudio así le habrían respondido con otro encargado a medida a algún experto afín -o converso a base de remunerarlo convenientemente-; una manifestación con autobús, bocadillo y botellín de agua gratis; y la salva de argumentos de rigor, tipo son una cuadrilla de antisistemas del entorno de los violentos con los que acabaríamos alimentándonos única y exclusivamente a base de berzas.
El problema es que ya han pasado tres lustros y no estamos hablando sobre futuribles sino sobre realidades actuales y palmarias. Hace falta dinero para sanidad, educación, dependencia, cultura, y Navarra no lo tiene porque está pagando la hipoteca de gigantescas infraestructuras públicas de enorme presupuesto, dudosa necesidad e imposible amortización. Y ya no son únicamente los antisistema del entorno de los violentos quienes denuncian que por estos lares se ha derrochado el dinero público en grandes infraestructuras innecesarias. Ahora lo dicen los Gobiernos de toda Europa. Aun así, la Cofradía del Hormigón no se rinde y exige más gobierno clientelar. Quieren segunda fase del Canal de Navarra. Quieren TAV. Quieren rehipotecarnos para seguir forrándose. Quieren hormigonarlo todo aunque no nos queden ni berzas para comer.
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