Empresas que han realizado grandes obras de Navarra daban donativos al PP

Estos días estamos viendo como se destapan informaciones sobre la corrupción de políticos, banqueros y grandes empresarios, que afectan sobre todo (pero no exclusivamente, como veremos) al Partido Popular. Así, el Diario de Noticias indicaba ayer como empresas con participación en varias de las grandes obras de Navarra realizaron donativos al PP. Entre aquellas empresas que hicieron donaciones superiores a 60.000 euros, vulnerando así la ley vigente, se encuentran altos cargos de varias empresas con implantación en Navarra. 

El presidente del grupo Obrascon Huarte Lain (OHL) (empresa que participó en la UTE que realizó en 2007 los dos primeros tramos de la carretera N-121-A que une Igantzi y Endarlatsa), Juan Miguel Villar, aportó 100.000 euros en 2004, 180.000 en 2006 y 250.000 en 2008. También Luis del Rivero, director de Sacyr -empresa que lideró la UTE que realizó varios tramos del Canal de Navarra- entregó 120.000 euros en 2004 y 200.000 en 2008. Por su parte José Mayor, de la multinacional Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) -grupo que participó en la autovía del Camino y ahora también en la proyectada incineradora de Olazti-, aportó 165.000 euros en el año 2008, cuando el límite legal era de 100.000.

Como vemos, no pocas empresas que han machacado el medio ambiente de Navarra han tenido conductas, cuanto menos, "dudosas". Y eso sin entrar a analizar el "affaire" Caja Navarra...

Pero también se ha destapado estos días otra actuación "sospechosa" en la vecina Gipuzkoa (vista en el diario Gara): los anteriores responsables del Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK) contrató en la recta final de la pasada legislatura unos productos financieros de riesgo (swap) que obligan a pagar unos altos intereses independientemente de cuál sea la cantidad realmente ejecutada del préstamo al que cubren. Los actuales gestores de GHK explicaron que este swap se suscribió en relación con la financiación del plan de gestión de residuos, incluida la incineradora de Zubieta.

Lo destacable es que el swap se aplicó a una previsión de inversión, no a la inversión ejecutada. Es decir, se «adquirió el compromiso, independientemente de cuál fuera el futuro del proyecto de la incineradora, de pagar intereses por la misma como si las inversiones realmente se ejecutaran según un calendario teórico preconcebido». A juicio del actual consejo de administración de GHK, el objetivo de esta maniobra no podía ser otro que «hacer irreversible el proyecto de incineradora».

Al menos en Navarra, y al margen de otros muchos problemas y conflictos con la incineración, se ha conseguido parar el plan de residuos (PIGRN) que implicaba la construcción de una incineradora...