Según Darwin, el ser que sobrevive no es el más fuerte, sino el que mejor se adapta a su entorno. Algo así deben de pensar todos esos grupos musicales que tras muchos años predicando la chupa de cuero se pasan a la gomina barata. ¿Necesidad o interés? Eso es lo que pretendemos entender en la siguiente reflexión.
“¿Por qué el verdadero rock and rolll no es música de masas?” Preguntaba Loquillo hace algún tiempo, y es que por definición el rock es una música de minorías que al llegar a las masas pierde su esencia. Grupos como AC/DC o Led Zeppelín han conseguido permanecer fieles a su música por ser los primeros en llegar, así como otras bandas históricas (quién no conoce Iron Maiden, Judas Priest, The Who, Rolling Stones..). Sin embargo, otras más jóvenes y nacidas a la sombra de las grandes, no han sabido (o no han podido) seguir fieles a su música y por mera necesidad de supervivencia se han visto obligadas a transformarse; puro darwinismo.
Dover, el cambio más radical
Clara evidencia de esta mutación es el grupo madrileño Dover que ha sorprendido a propios y a extraños con su último trabajo Follow the city lights. Nada mejor para ver el cambio del grupo que comparar el single de este trabajo, Let Me Out, con su ya legendario Cherry Lee. Cualquiera sería capaz de apreciar el cambio; vemos como el primero tiene una estética más oscura, deudora del “grunge” de Nirvana, y el segundo recuerda al Hung Up de Madonna.