Nunca nos aburrimos de hacer el mismo ejercicio;nuestro cafecito de media tarde, partidita al domino, y al atardecer nos dábamos el gusto un paseo que tanto nos reconfortaba, era el momento del día, nos deslizábamos poco con nuestras tablas, la edad y la galbana nos hacia abandonar el abito que nos unió.
La ambiguedad de sus palabras trastocaban su cerebro de alguna manera, apenas podía trazar una frase, eran muchos años que no se comunicaba en su propio lenguaje, sus estímulos se reflejaban en formas, siempre en las mismas formas una y otra vez, lo retrotraían a su niñez, con sabores y olores.
Benetan esan zidan ,benetan ,ziur zaude... nik oraindik ez, damu naizela diozu, damu zara?, ez naiz orrela edo ala zu edo ni, txuri ala beltza, kutsua duela ez legokit, ederrea edo zatarra, gureak ala besteak, ez da ezer, bukaera da ,eta aldi berean ...
¿dime, todavía huele a frió?,¿siguen los viejos mirando al sur?,¿fruncen el ceño?¿las cocheras siguen sin cerrar?¿han cortado el trigo?, los campos siguen sin arar?de veras dime,dime... ¿huele a frió?¿sigue ella? y el?se fueron como mi presencia, se fueron como las primeras nieblas.
Como cada tarde arranco su utilitario;a eso de las seis visitaba a Juan, un amigo del pueblo vecino, el siempre pensaba lo lejos que le quedaba aquel pueblo,divagaba observando su tierra y para cuando se daba cuenta ya había llegado.
Observó su casa, no la admiro ni la desprecio, no se diferenciaba del resto.