"¿Quién quiere quemar los residuos?" 01 - Un hito en el camino: Xabier Garmendia

gipuzkoasinincineradora 1456133263317 Gipuzkoa Sin Incineradora | 2010-09-30 19:09

He aquí el capítulo 2 del artículo "¿Quién quiere incinerar los residuos" de Mikel Peruarena, cuyo original en euskara es "Zeinek erre nahi ditu hondakinak?"

El 7 de mayo de 2009 se supo que el PSE-EE designó a Xabier Garmendia para viceconsejero de Tecnología, Energía e Industria del Gobierno Vasco. Pero él conocía de mucho antes los despachos del Gobierno: entre 1991 y 1995 fue consejero de Medio Ambiente en el tripartito formado EA, PNV y PSE-EE bajo la presidencia de Jose Antonio Ardanza. Garmendia había sido militante de Euskadiko Ezkerra. Justo en la legislatura anterior, la de 1987-1991, fue parlamentario por EE y continuó dentro del partido cuando este se integró en el PSE-EE. Garmendia es originario de Ormaiztegi (Gipuzkoa), ingeniero industrial de formación y consejero medioambiental de profesión, entre otras cosas. En el caso que nos ocupa, ese “entre otras cosas” es algo más que un mero recurso literario.
 
Garmendia ha declarado en más de una entrevista que, tras dejar el Gobierno, creó tres empresas. Dos de ellas son conocidas: Desarrollo y Protección Ambiental (DPA) -en la que es director general y que ofrece servicios de asesoría medioambiental- y Neuciclaje, especializada en servicios de “recuperación” de neumáticos inservibles. Ha solido explicar que creó un tercera empresa, centrada en estudios medioambientales. Desde septiembre de 2009 Garmendia es, además, vicepresidente de Zabalgarbi, la empresa que incinera los residuos urbanos de Bizkaia, cargo para el que fue designado tras los conflictos habidos en la planta incineradora situada en Alonsotegi (Bizkaia). Participa en el consejo de dirección de Zabalgarbi a título de representante del Ente Vasco de Energía (EVE-EEE). Así es como llegó a la dirección de la planta incineradora que él mismo había propuesto que se creara.

“En esos dos territorios (Bizkaia y Gipuzkoa) se pretente reciclar y compostar el 40% de la basura, para que la basura no aprovechable no supere el 60%. Por  tanto, ¿qué haremos con este 60%? En Gipuzkoa y Bizkaia se ha optado por la incineración, para poder valorizar la mayor cantidad posible de la energía que poseen los residuos”. Es la respuesta que ofreció en la entrevista publicada por el diario Berria el 15 de setiembre de 2004. Las cosas cambiaron, sin embargo. En 2008 se redactó una actualización del plan de gestión de los residuos urbanos de Gipuzkoa, en el que fueron modificados de modo significativo tanto los objetivos como el plan mismo: se decidió que se construiría una única planta incineradora –en lugar de las dos o tres propuestas en 2002- y se marcó como nuevo objetivo el reciclar o compostar hasta un 57% de los residuos urbanos. Efectivamente, el objetivo de reciclar el 40% ya había sido alcanzado en Gipuzkoa en 2009, y ello sin apenas compostar casi nada de los residuos orgánicos.

Garmendia, sin embargo, continúa pensando que la planta incineradora es necesaria: “Los residuos son fuente de energía renovable en la medida en que conllevan biomasa. Pero es que, además, también las otras fracciones combustibles de los residuos contienen energía renovable, en la medida en que por la incineración se aprovechan para crear energía, siempre y cuando se garantice la integridad de la salud del medio ambiente y de las personas”. He ahí uno de los motivos por los que se desea quemar los residuos: producir energía. Además, los residuos se pueden aprovechar casi en su totalidad en los hornos. En este punto Garmendia es muy claro: “La biomasa –tanto las materias orgánicas susceptibles de pudrirse, como la madera, los tejidos, cuero, papel o cartón e incluso otras fracciones que contienen mucha celulosa, los pañales higiénicos y los envases compejos de tipo tetrabrik- está presente en más del 70% de nuestros residuos; y una vez retirados el vidrio, los metales y el resto de fracciones inertes, más de un 80-85% de los residuos resulta combustible”.
El verado pasado, 2010,  Garmendia repitió palabra por palabra esos datos al igual que su discurso en los Cursos de Verano de la Universidad del Pais Vasco, en Donostia. “Los residuos son fuentes de energía renovable y sostenible”, ha vuelto a afirmar. La agencia de noticias EFE, haciéndose eco de su discurso, publicó que el Gobierno Vasco defiende las políticas de incineración; aunque el Gobierno no había realizado ninguna declaración oficial, era Garmendia quien publicitaba el mensaje.

También la Unión europea da la razón a Garmendia. La UE publicó la norma de apoyo a la generación de electricidad mediante fuentes renovables de energía. Dicha norma concreta que tanto la biomasa como las fracciones biodegradables de los residuos urbanos son energía renovable. “Por tanto, la directiva (europea) acepta claramente, porque así debe ser, la fracción biodegradable de los residuos urbanos, en cuanto que la biomasa es renovable”, había escrito Xabier Garmendia en el Plan Integral de Gestión de los Residuos Urbanos de Gipuzkoa, subrayando lo de que “así debe ser”. Y es que no se trata sólamente de aprovechar los residuos quemándolos, el tema no se reduce al mero aprovechamiento de lo que de otro modo carecería de valor. Quemar los residuos es el objetivo. Esto lo esplicó el propio Garmendia más claramente en este artículo publicado en febrero de 2006:

“Existe hoy una amplia unanimidad en este punto: que se acabó la época del petroleo barato y que, por la necesidad de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, caminamos hacia un futuro en el que las energías serán más escasas, caras y tendrán cada vez más condicionantes medioambientales. El que las emisiones de gases de efecto invernadero producidos por el consumo de energía fósil calientan el planeta, se sustenta en el amplio consenso existente al respecto, y en los precios cada vez más caros del petroleo. Dentro de ese marco, el aprovechamiento de los recursos disponibles será  una necesidad cada vez más evidente y, a la vez, se verá como un derroche insostenible el desaprovechamiento de los recursos energéticos, por ejemplo, el enterrar los residuos en vertederos. Más aún cuando un gran porcentaje de estos se compone de biomasa cuyo efecto CO2 es neutro: resulta incomprensible que sean arrojados en vertederos”.

Recientemente la Unión Europea concedió una ayuda de 50.000 millones de euros a empresas que promueven investigaciones sobre energía. Entre las líneas de investigación subvencionadas figuran las siguientes: la energía solar, la eólica, la nuclear, los biocombustibles y la biomasa. Los residuos resultan una oportunidad para encontrar una salida a la crisis energética. Instituciones y empresas hacen grandes y costosos esfuerzos e inversiones con el objetivo de extraer energía de los residuos: al capitalismo le resulta más rentable incinerar los residuos que hacer compost con ellos. Los residuos son contemplados como fuentes inagotables: a lo largo y ancho del mundo millones de toneladas de residuos son creados a diario; pero el compost no genera electricidad para la industria.
 
En el artículo citado Garmendia ofrece otro argumento más: la quema de biomasa “tiene un efecto CO2 neutro”. Es decir, que la combustión de biomasa puede generar energía sin emisión de CO2. Esta es precisamente la definición de la energía renovable, y el Gobierno de España subvenciona las energías renovables. Garmendia lo explicó de otro modo en el artículo de febrero de 2006: “El no aprovechar este recurso residual [subrayemos que en la prosa de  Garmendia los residuos han pasado a ser recursos] nos obligaría a generar de otro modo esa energía desaprovechada; deberíamos usar combustibles fósiles vírgenes, sobre todo hidrocarburos como el carbón, el petróleo o el gas”. No incinerar los residuos es despilfarrar energía, según Garmendia, y además el incinerar ayuda a disminuir las emisiones de CO2, porque si no es incinerando residuos, la energía deberá ser generada quemando hidrocarburos, y esto acelera el efecto invernadero. Una argumentación bien tramada.

Mucho ha hablado y escrito Garmendia sobre la incineración. Que si existen 400 plantas incineradoras en Europa, que en sus hornos queman 50 toneladas de basura, crean energía para 27 millones de personas... Son los datos que él mismo maneja.  Pero la pregunta es: esa electricidad generada por la quema de residuos, ¿la crean para 27 millones de personas, o lo hacen para las empresas? ¿Quién la necesita de verdad? 


Utzi iruzkina: