-TIENE ALGO QUE DECLARAR HIMAN? -SÍ, NO VAYAS NUNCA A WROCLAW
Dicen que los comienzos son difíciles, pero no en este caso. Esta es la historia de siete pavos que deciden abandonar Rzeszow en semana santa para visitar Wroclaw.
Para empezar, bien nuestro colega Jokinto (eres un bestia) nada más levantarse a las 10 de la mañana (el tren era a las 14:18) se agarró un manga de mil cojones con su roommate Iñigo trikipower. Todos alucinados de la capacidad de ambos de digerir tanto vodka a esas horas de la mañana. La cosa fue a tanto que el Jokinto ni un cigarro podía encenderse en la parada de autobuses.
Esa fue la anecdota antes de entrar al tren del terror, siete horas a 30 km a la hora para hacer 476 km de mierda antes de arrivar a nuestra ciudad prometida, Wroclaw.
Llegamos al final y nuestra buena sorpresa fue el Hostel (Piast) que la verdad nos sorprendio a bien, parecía que la cosa iba sobre ruedas. En esas estábamos cuando decidimos (era jueves santo) salir a darlo todo.
Fuimos a la plaza, bonita y muy concurrida, y calló la primera cervecita en una terrazita. Allí empezamos a divisar buen material (decía Garrison) así que poco necesitamos para calentarnos y decidir ir al metrópolis.
En el camino tuvimos la primera sorpresa, un puto maromo (por maromo se entiende un puto polaco de mierda con la cabeza rapada y cara de puto psicopata) empujó descaradamente a nuestro babyface, sin que este nada hiciera y nada pudiera hacer.
Bien, el primer susto de la noche, aunque ahí quedó la cosa. El Jokinto (nuestro guía en la ciudad), nos recomendo marchar al Metropolis (el año pasado murieron dos persona en frente de esta disco), así que nosotros caso hicimosle y allí entramos, a la boca del lobo.
Según entramos no se veían nada más que maromos por todos lados asi que decidimos ir a la parte de abajo donde todo estaba más despejado. Un grupo de polaquitas nos alegraba la vista en la pista de baile aunque nosotros no osábamos a entrar al trapo porque no había nada más que maromos alrededor.
De repente entraron nuestros compatriotas vascos (un grupo muy numeroso de vascos) por lo que el tema se empezó a animar, primeros txupitos, un intento de hablar con los de Ordizia, y los demás Erasmus. Pero cuál fue nuestra sorpresa (una más) cuándo estos no nos hacían ni caso y algunos hasta nos miraban mal (manda huevos).
Nosotros fuimos a nuestro tema y en media hora todos andabamos como el rosario de la aurora, persiguiendo a polaquitas deseosas de carne estranjera y huyendo de maromos desagradables en busca de bronca.
El que más triunfo, sin duda, fue Iñigo que se aferró a una chiquita con muchos tatuajes y que le pidió que guardase su bolso con la vida. Garrison y Himan decidieron ir arriba a codearse con los maromos. Allí estuvimos bailando y esquibando morenas que ya sabíamos que venían con regalo (un maromo). Aún y todo las guarras de ellas se acercaban. Xabi, la peonza de Eibar, también se animó y empezó a hacer su arma secreta, La Peonza. Esto nos desconcertó un poco porque hay que tener huevos para hacer La Peonza en el Metropolis, nuestras vidas corrían peligro. Por fortuna no ocurrió nada.
Después de pillarnos una buena mierda, el antro cerró y nos fuimos hacía el Error (24h abierto). De camino otro incidente. Un maromo tuvo movida con algún vasquito (los vascos que no son de Rzeszow, los mierdas vamos) y después de forcejear se marchó.
Himan e Iñigo el Torpe vieron la movida y decidieron dar media vuelta (ya que iban solos) y unirse al grupo grande puesto que el maromo se estaba cruzando con ellos con la mala pata que al maromo se le antojo perseguir a Himan sin que éste hubiese movido ni una ceja. Himan huyó como un cobarde sensato (una hostia no ls la hubiese quitado nadie) y después de dar dos vueltas en circulo para escapar del puto troglodita ése, una furgoneta de la policía paró y tres polis se abalanzaron hacia el maromo, consiguiendo inmovilizar a éste.
Uffffffffffffff, pensó Himan, menos mal. La poli quería que denunciásemos al pavo pero, nosotros queríamos más fiestaaaaaaa.
Y cometimos el grave error de entrar al Error (si no lo digo reviento). Garrison se transtornó, al babyface no le dejaban entrar (el camarero era un borde) y los demás andabamos por ahí perdidos cada uno a su rollo.
De aquí para adelante sólo puedo contar lo que le pasó al Himan. Juntóse este con dos Polacos (hay algunos normales) y sin saber ni lo que hacía se fue a otro garito que estaba abierto. Vaya pedo llevaba el chabal.
Allí pidieron unas birras pero el Himan pronto se dio cuenta que estaba en territorio hostil y sin despedirse de los colegas polacos tomó un taxi hacia el Hostel.
Allí no había ni dios. Pues nada, de nuevo a la calle, serían las 7 de la mañana o cerca de las 8. Después de hablar con la recepcionista, ésta estaba encantadísima de su borrachera, salió a inspeccionar los alrededores del Hostal, con tal fortuna que vio a dos jovenes salir de un portal que parecía sacado de una peli de Amenabar (Texis por poner algo). "Is there party?"-preguntó Himan. -"No, just postituts"-contestaron los chabales.
La buena. Después de tocar todos los timbres una voz de mujer salió en el interfono y tras una conversación hiperfluida abrió la puerta. Que era eso dios mío. Imaginaros un curvategi en el primer piso de vuestra casa, pues eso era. Una rubia entrada en años le abrió la puerta y le dijo que sólo había tres curvas disponibles. "Y yo preocupado"-contesto Himan. Tras tantear a las tres se decidió por la morena y sin mediar palabra entró en una habitación. Himan le echo 50 zlotys a la cama pero la morena pedía más, asi que le cogió del brazo y le sacó de la habitación. "Menos mal"-pensó Himan el próximo día.
Pero la cosa no acaba ahí, Himan decidió avisar a los demás de su hallazgo y llamó a Garrison y Al Peonzas. La recepcionista estaba preocupada por nosotros y para que se tranquilizará Himan le pasó el movil a ella. Peonzas y recepcionista hablaron y todo solucionado. Garrison y los demás venían para el Hostal.
Me contaron después que ellos también estuvieron liándola por la plaza de Wroclaw, algunos fueron sacados violentamente del Kebab, el Garrison hizo la culebra un par de veces y además se ensañó con Jokinto a quién perseguía con furia beoda.
Así pues, aparecieron a las puertas del Hostal todos, donde esperaba Himan con una mierda de escándalo y saludando a todos los transeúntes.
Garrison y Nekora no podían esperar para ver el curvategi asi que fuimos de nuevo. Nos abrió esta vez una de gafas que nos decía que 130 zlotys la hora y no se qué más. Nekora se fue al baño, a pensárselo obviamente, mientras el Garrison sonreía de gozo. Total que a sacar pasta todo el mundo.
Al final, por fortuna para nuestra reputación, el curvategi decidió cerrar porque poco negocio pensaban hacer con nosotros.
La conclusión del siguiente día fue dar gracias a dios por que sobrevivimos al Metropoli y si vas borrachos no pilles curva.
Lo que pasó los próximos días es otra historia que corresponde contar a otro.
Iruzkinak
xa2er 2009-04-13 22:02 #1
Breslau.
Utzi iruzkina: