Con lo fácil que hubiera sido
Digo yo: ¿si ese Gil hubiera inventado y falsificado 400 piezas de temática tan múltiple, cosa que traspasa toda inteligencia humana, oh Eliseo, estaría pidiendo una y otra vez las pruebas del delito?
Hablo de Iruña-Veleia, claro.
«De joven, no creía que los dientes fueran tan importantes para estudiar la evolución humana», comenta Pääbo en un laboratorio especializado de Grenoble donde están examinando el canino de una neandertal adolescente que murió hace 45.000 años. Ese diente revela de cabo a rabo la vida entera y el día a día de aquella chica. En efecto, están examinando las líneas diarias de crecimiento, semejantes a los anillos de los árboles. Junto a las líneas de estrés, registran los momentos decisivos de la historia vital de la adolescente: el trauma del nacimiento dibuja en el esmalte una línea bien definida del estrés neonatal, luego el estrés de la época del destete y los episodios de privación nutricional o de otras presiones ambientales…
Pero Eliseo Gil no pide tanto; solamente el análisis de unas piezas de cerámica en cualquier laboratorio que sea independiente. No. Denegado. Y digo yo: ¿si ese Gil hubiera inventado y falsificado 400 piezas de temática tan múltiple, cosa que traspasa toda inteligencia humana, oh Eliseo, estaría pidiendo una y otra vez las pruebas del delito? Sería un masoquista. Bueno, es verdad que aquí abundan los masocas, sobre todo en los entes públicos vascos. No hay más que compararlos con los entes públicos catalanes. Hace unos días han encontrado en Tarragona una cueva prehistórica; pues bien, todos los entes públicos sin excepción se han volcado en cuerpo y alma. ¡Un Altamira en Calaluña!, han dicho. Pues aquí ha sido Iruña-Veleia, y los entes públicos no se han volcado precisamente. Han hecho caso a los primeros listillos no-arqueólogos clamando falsedad con argumentos lingüísticos peregrinos. Y sin ningún análisis arqueo-métrico, que era lo que correspondía, se ha decretado «falsedad».
El ciudadano normal, el que paga esos entes, quiere organismos públicos que analicen los hechos, aclaren, disciernan, protejan…, y no que organicen caza de brujas. Con lo fácil que hubiera sido encargar unas pruebas nada costosas. Y estando en pleno proceso judicial, ¿cómo se las arreglará su Señoría para el veredicto sin la prueba fundamental y decisoria? Pues estamos hablando de pruebas científicas correspondientes a la arqueología. ¿y por qué se ha judicializado, entonces?
En cuanto a los medios de comunicación, los colonizadores disparan plomo mientras que los demás andan con pies de plomo (persiste el tabú de fondo) Por desgracia, flota la sospecha de que el tema está enfilado. Juez que no ha tomado en cuenta que el material ha estado y sigue estando en poder de la parte querellante. Ausencia clamorosa de los protagonistas, de los auténticos protagonistas que lanzaron la primera piedra (los implicados de la EHU-UPV y los responsables de la Diputación). Y la ausencia de las ausencias: la de la prueba del «crimen».
Finalmente, no olvidemos que lo que se está juzgando no es solo a Eliseo Gil y a sus compañeros (tras sufrir grave inhumanidad a lo largo de una década larga del proceso (caso inusitado), sino que se está poniendo en entredicho un patrimonio valiosísimo de Euskal Herria. Bien lo saben hasta el Opus y el Vaticano, aunque tal patrimonio no les guste nada.
Planteamiento, Nudo y Desenlace. ¿Está el desenlace decidido de antemano? Y vuelvo a la pregunta: visto lo visto, quiénes deberían de estar en el banquillo de este gran espectáculo?
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