El destino y el azar

Muchas veces dejamos que otros lleven el timón de nuestro barco. ¿Quién no se ha quejado alguna vez de su mala suerte? ¿Quién no ha caído en la trampa del destino? El azar es la excusa que buscamos o incluso damos de nuestros errores y pasividades. Es la excusa que damos al elegir el camino erróneo, al tomar la decisión que lleva a que nuestros pasos vayan mal dirigidos.

El hombre en toda su existencia, no ha logrado comprobar si el destino y el azar son realidades o meras inseguridades de nuestra propia condición humana. Como consecuencia, el hombre ha necesitado creer, inventar… un ser superior  infinitamente poderoso que asume todas las acciones tomadas. Siguiendo este camino, la sociedad actual, ha llegado a tener dos pensamientos diferentes sobre el futuro de cada persona: la razón como sentido común, en dudar si estamos predestinados o si tenemos la libertad de elegir nuestro futuro; o, en caso contrario creer ciegamente en el destino y el azar.

El destino y el azar cargan con toda nuestra culpabilidad. Cuando no admitimos nuestros errores, cuando nos desentendemos de nuestras responsabilidades y decisiones. Por supuesto no pasa lo mismo cuando logramos éxito o felicidad. Porque ahí sí que somos nosotros los que hemos superado barreras, miedos e inseguridades, para conseguir lo propuesto.