Don Quijote de la Mancha. Texto argumentativo
El Quijote es uno de esos libros que todo el mundo conoce pero nadie ha leído. Tras haber pasado por la experiencia de haber leído la opera magna de la literatura española, se me ocurren varios motivos por los que debería ser más gente la que se animara a leerlo.
Los argumentos más escuchados para defender la no lectura de El Quijote son que 1) lo odian desde que lo estudiaron en la ESO y Bachiller y que 2) es antiguo y muy largo. Lo primero que se debería hacer ver es que, aunque conocemos el argumento de la historia, no por ello la lectura va a ser más aburrida, ya que lo estudiado tan sólo es lo más destacado del libro, y que aún quedan muchas aventuras e historias por descubrir en la vida de El Quijote (por ejemplo, el pasaje más conocido es el de los molinos de viento, pero en realidad apenas ocupa dos páginas). Lo segundo que hay que hacer es quitar ese miedo hacia la literatura clásica, ya que en algunos casos, entre ellos el que nos ocupa, eso no dificulta en nada la lectura (además, existen ediciones especiales con todo tipo de anotaciones explicando los términos más complicados).
De hecho, que el lenguaje utilizado en la obra no sea el actual también puede ser una ventaja. Por una parte nos ayuda a conocer el idioma castellano desde otra perspectiva, y por otra nos sirve para situarnos mejor en el espacio-tiempo, haciéndolo más realista (a diferencia de las películas actuales, en las que los personajes, ya sean españoles, americanos, rusos o neozelandeses, siempre hablarán nuestro idioma). Respecto al vocabulario utilizado en la obra es curioso lo que le sucedió a Francisco Ayala: Ciertos improperios clásicos que en el honesto ambiente burgués de mi familia resultaban malsonantes (aunque hoy día, con el paso del tiempo, suenan sin escándalo en las bocas más inocentes), eran dirigidos por mí en las peleas pueriles a otros chicos de mi edad, o incluso a mis propios hermanos. '¿De dónde has sacado tú esas palabrotas?', me preguntaba con asombro mi madre. Y se quedaba desconcertada al saber que provenían nada menos que de las páginas de la obra magna de la literatura universal...
Personalmente, afronté la lectura de El Quijote casi como un castigo. Lo que peor llevaba era conocer el final de antemano, al más puro estilo “Bruce Willis está muerto”. Pero tras haber finalizado, puedo asegurar que no ha sido una experiencia traumática, sino todo lo contrario. No me arrepiento de haberlo leído, pero eso sí, a diferencia de otras personas, no soy aficionado a leer los libros más de una vez, por lo que ésta será la primera y última vez que lo lea. Esperemos que la memoria no me falle.
Iruzkinak
leoel12elggeneo2011@hotmail.com 2011-08-16 19:21 #1
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