CPPV
DEMOCRÁTICAS. El acuerdo supuso un
salto en el proceso que tiene como meta dar una resolución democrática
al conflicto político y a la violencia que vive nuestro pueblo. El
reconocimiento como nación de Euskal Herria, así como el derecho que
tiene ésta para decidir su futuro y el respeto a la palabra de la
ciudadanía vasca, sobre todo ello en donde gira este amplio acuerdo.
El Acuerdo de Gernika puso en marcha la acción en pro de la garantía del
respeto de los derechos civiles y políticos de todos los vascos.
La
disponibilidad de hacer juntos el recorrido político hacia la
democracia que le corresponde a Euskal Herria, la trayectoria hacia el
escenario asentado en la justicia y en el reconocimiento político fueron
expresadas por el Colectivo de Presos Políticos Vascos en su día.
Reivindicamos la necesidad de alinear en clave de resolución del
conflicto la política penitenciaria que tanto los Estados de España y
Francia tienen en vigor, dentro de la estrategia de opresión y represión
hacia Euskal Herria, siendo la Amnistía total la referencia y el
sentido ineludible. Asimismo, subrayamos la necesidad de materializar el
estatus político que recoja nuestros derechos civiles y políticos entre
las condiciones democráticas de mínimos. Las reivindicaciones que hizo
públicas el Colectivo de Presos Políticos Vascos las recoge pues el
Acuerdo de Gernika. El acuerdo manifiesta una postura clara a favor del
levantamiento de la extrema situación que sufrimos, así como la postura
en pro de que sean llevados a Euskal Herria todos los presos, como una
especie de primer paso en el camino hacia la amnistía.
El
EPPK, en la medida que es un agente importante en Euskal Herria es
también forzoso en el proceso de resolución, porque nuestra
participación en este proceso es un derecho. Más aun, con total humildad
pero con pleno convencimiento, decimos esto: para poder representar y
alcanzar la resolución misma del conflicto que sufre nuestro pueblo, nos
consideramos como un agente al que no se le puede dejar de lado.
Ha
sido el referente para hacer el camino hacia la resolución definitiva
del conflicto que los Estados español y francés han impuesto a Euskal
Herria, para hacer el camino al escenario que garantice el
reconocimiento de Euskal Herria, la aceptación del derecho a decidir
sobre nuestro futuro y que tal decisión sea respetada, y lo ha sido
desde el mismo momento en que nació el Acuerdo de Gernika, así lo cree
el EPPK. Así se lo expresamos, primero a los agentes que firmaron el
acuerdo y después a la sociedad vasca en febrero de 2.010.
En
aquel entonces les pedimos a los agentes que hicieran el esfuerzo de que
dialogásemos sobre lo que se ha mencionado, que intercambiáramos
opiniones y, en definitiva, para que el EPPK fuera parte del acuerdo, de
una manera normalizada, en su desarrollo y actividad. Ha sido modélica y
digna de aplauso la acogida que obtuvo nuestra invitación y la
respuesta que ofreció el Acuerdo de Gernika.
El Acuerdo de
Gernika ha dado un paso tremendo en pro de hacer realidad el
reconocimiento de la capacidad de agente del EPPK, así como su
participación en el proceso que es tan necesario. Ha colocado un pilar
en la materialización política del estatus político del EPPK. A lo largo
de estos meses se han dado aclaraciones en referencia al contenido del
Acuerdo. En ese sentido y en el sentido de la línea adoptada dentro
por el EPPK, ha quedado clara la necesidad de aplicar de manera
inmediata y sin contrapartida alguna los derechos que nos son propios.
Así lo reivindicamos y ése es el clamor que cada vez está más extendido
entre la sociedad vasca. En efecto, porque los miembros que conformamos
el Colectivo de Presos Políticos Vascos desde siempre hemos primado
nuestro carácter político y colectivo. Nuestra lucha es la lucha de
Euskal Herria, la lucha en pro del reconocimiento de nuestro pueblo;
ciertamente la lucha a favor de la soberanía de nuestro pueblo. En ese
sentido, nos situamos más allá de los intereses particulares.
Los
componentes de este Colectivo tenemos el compromiso total con esa
lucha, y aceptamos, desde esta trinchera de lucha, soluciones y no la
perversa política de beneficios personales que el sistema carcelario
construido por España y Francia con la intención de destruir nuestro
carácter tanto político como humano, nos ofrece. Los vascos que estamos
organizados en el Colectivo de Presos Políticos Vascos de siempre nos
hemos enfrentado al sistema represivo penitenciario y al chantaje que
tiene como objeto la utilización política perversa. Nuestras decisiones y
actitudes de siempre las hemos posicionado a favor de los objetivos que
ha marcado el Colectivo, así como a favor de los objetivos antes
citados. Y así será en el futuro. En ese sentido ha sido importante el
proceso de aclaración que se ha dado a lo largo de estos meses.
Más
allá de situaciones extremas y de derechos concretos, por parte del
Acuerdo de Gernika, ha tenido eco la reivindicación a favor de la
participación del EPPK en el proceso de resolución del conflicto. Pese a
que, tanto Madrid como París, siguen sordos, ha sido modélica la labor
en la toma de postura en pro de nuestros derechos mínimos entre la
sociedad vasca, realizada por el Acuerdo de Gernika, junto con los otros
agentes y movimientos. Unido a los derechos, no ha sido estéril el
protagonismo que ha asumido Gernika a favor de la garantía de nuestra
participación en el proceso del conflicto que nos hacen padecer, así
como el esfuerzo hecho a tal fin. Aunque Madrid y París hayan intentado
cercenar la relación directa entre nosotros, la relación que hemos
tenido en estos meses, superando las trabas referidas, ha dado sus
frutos.
El EPPK aplaude el valor y la voluntad de los agentes
que son parte de Gernika. La actitud y la acción respecto al EPPK ha
sido modelo en el camino de hacer realidad el estatus político del
colectivo que conformamos.
En el comunicado hecho público el
27 de diciembre de 2.010 decíamos así "se ha hablado de la necesidad de
un proceso democrático, así como de profundas reflexiones, de amplios
debates y de decisiones políticas. Una trayectoria política que debe
ganar su puesta en marcha, su desarrollo y su materialización, que nos
debe llevar a una resolución democrática definitiva: precisamente el
reconocimiento de Euskal Herria, la aceptación del derecho a decidir
sobre su futuro y el respeto a su decisión.
En el camino
hacia la sustantivación de ese escenario democrático ha sido referencia
el Acuerdo de Gernika para el EPPK y, en esa medida, queremos hacer
saber a la sociedad vasca que coincidimos y nos sumamos al Acuerdo. Por
encima de todos los límites y trabas que nos imponen los Estados que nos
tienen cautivos, el EPPK, dentro del Acuerdo de Gernika y a tenor del contenido del mismo, expresa el firme compromiso de impulsarlo hacia adelante en el proceso democrático.
Resquebrajar
las actitudes que tienen como objeto eternizar la cerrazón y el
conflicto y alcanzar el escenario que garantice para nuestro pueblo un
futuro libre no es pues un desafío pequeño. En cambio, tenemos un
compromiso pleno, sobre el convencimiento de que el proceso que tenemos
en marcha nos llevará a cristalizar los objetivos, de llevar a su
culminación el proceso democrático, y lo conseguiremos.
¡Será Euskal Herria!
¡Viva Euskal Herria libre!