Artikulu interesgarria, akaso positiboegia
Abertzale blogean irakurri dugun artikulu interesgarria, Rafael Leonisiok idatzia. Gaurkoz ez dugu iruzkinak egiteko denborarik izango, baina ustez errealista den artikulu honek, gure ikuspegitik nahiko baikorra den mezua zabaltzen du. EA-k izango dituen eserlekuak ematera ez da ausartzen, baina badirudi lehen momentu batean EA-ko buruek botatakoa duela buruan, 5 eserleku, EHAK-ren kolkora lortu litezkeenak (suposatzen dugu 3 Gipuzkoan, eta Bizkaian nahiz Araban bana). Gure ustez, dena den, eta ikusirik PP-rekin piztutako polemikatxoa berehala itzali dela (EA-ko estrategen haserrerako), zer eskeiniko digu EA-k? Burujabetza eta burujabetza, baina hori berez, ez da sikiera alderdi populista bati botoa emateko arrazoi nahikoa. Gure ustez, 3 ateratzen badituzte, kontentu beharko lukete (Gipuzkoatik 2, Arabatik 1 eta Bizkaitik 0). Eta hori, EA-rentzat heriotza segurua da. Hemen duzue idatzia:
Una ruptura anunciada
Apocos habrá sorprendido la decisión de EA de no repetir coalición electoral con el PNV de cara a las próximas elecciones autonómicas de 2009. Son varias las razones que hacían pensar que la reedición de la alianza entre ambos se antojaba difícil: las recientes declaraciones de sus líderes criticando al PNV por su falta de entusiasmo en la defensa de la consulta o por el acuerdo con el Gobierno central para la aprobación de los Presupuestos, el malestar en el seno de EA por el fracaso de la reforma de los modelos educativos y, sobre todo, el precedente de las elecciones forales y municipales de 2007, a las que EA acudió en solitario.
Aunque en los últimos tiempos han sido aliados fieles, la relación entre ambos siempre ha sido problemática, no en vano EA es una escisión del PNV que nació con vocación de sustituir a este último en la hegemonía del nacionalismo moderado. El buen resultado obtenido en las autonómicas de 1986, apenas un par de meses después de su fundación, y el éxito en las elecciones forales y municipales del año siguiente (primera fuerza en las Juntas Generales de Guipúzcoa y Álava y en los ayuntamientos de Vitoria y San Sebastián) le hicieron ver que el ’sorpasso’ al PNV era posible.
El espejismo sin embargo duró muy poco y a partir de 1987 la caída en picado de su porcentaje de voto fue una constante. En ello seguramente tuvo mucho que ver que EA, a pesar de sus buenos resultados, no consiguiera desalojar al PNV, su entonces máximo rival, de las principales instituciones. Así, fue imposible una alianza de izquierdas con PSE y EE en el Gobierno vasco, y los jeltzales conservaron su puesto en el Ejecutivo pactando con los socialistas. Dicho pacto arrebató a EA la Diputación de Álava al año siguiente, obteniendo tan sólo el poder en Guipúzcoa en coalición con EE. La mayor presencia institucional del PNV fue sin duda una de las causas del fracaso de EA en las elecciones autonómicas de 1990, cuando obtuvo trece escaños menos que los jeltzales (en 1986 la diferencia había sido de tan sólo cuatro).
La entrada de EA en el Gobierno vasco en 1990 no hizo disminuir la rivalidad entre los dos partidos. EA trató de desmarcarse de su socio con unas mociones conjuntas con HB en los ayuntamientos reclamando la autodeterminación, lo que llevó al PNV a romper la coalición de gobierno para volver a pactar con el PSE. Sin embargo, las caídas electorales de 1993 y 1994, tras las que la distancia con el PNV se ensanchó, evidenciaron la imposibilidad de adelantar al partido del que se había escindido y, optando por el pragmatismo, se replanteó sus relaciones con él. En 1994, EA volvió a entrar en el Gobierno vasco, aunque esta vez para quedarse, ya que hasta el momento ha permanecido en él sin interrupción.
A pesar de esa alianza en el Ejecutivo, EA siempre ha tratado de diferenciarse en el discurso, insistiendo en su carácter netamente soberanista frente a las ambigüedades del PNV, y en su perfil socialdemócrata frente a la imagen algo más conservadora de los jeltzales. La relación entre ambos se estrechó por dos circunstancias excepcionales: el empuje de EH en la época de Lizarra, que les llevó a una coalición electoral en las elecciones forales y municipales de 1999, y la posibilidad de desembarco en Ajuria Enea de la entente entre PP y socialistas, que los volvió a unir en 2001. En 2003 y 2005 repitieron alianza, aunque en todo momento mirándose de reojo por compartir un perfil de electorado muy parecido. La coalición daba a EA réditos institucionales, ya que le permitía acceder a un grado de representación que no habría obtenido en solitario, pero dentro del partido había miedo a que tantos años de coaliciones diluyeran su mensaje e hicieran por tanto inviable su proyecto como partido autónomo y relevante. De ahí la decisión, muy discutida internamente, de concurrir en solitario a las elecciones forales y municipales de 2007, cuyo resultado (7,4%) fue el peor de su historia en unos comicios de ámbito vasco. Los malos datos se repitieron hace unos meses en las elecciones generales, cayendo por vez primera por debajo del 5% de los votos.
eniendo en cuenta el bajón electoral de las dos últimas convocatorias y que la próxima campaña electoral se prevé como un duelo a dos entre Ibarretxe y Patxi López, la decisión de EA de acudir en solitario a las próximas elecciones autonómicas puede parecer suicida. Sin embargo no lo es tanto por dos razones principales. En primer lugar porque se beneficia de la más que probable ilegalización de las listas de la izquierda abertzale. No es por los votos que EA pudiera captar de ese electorado (que seguramente no serán muchos), sino porque puede obtener alguno de los escaños que queden ‘libres’ a consecuencia de la ilegalización. Recordemos que EHAK obtuvo nueve parlamentarios en 2005 y que los que podría conseguir Batasuna en caso de ser legal en 2009 se repartirán entre el resto de partidos. Guipúzcoa es donde más fuerte es la izquierda abertzale y por tanto donde más escaños ‘extras’ podrán ganar las demás fuerzas políticas, incluida EA, cuya mayor presencia en dicha provincia podría convertirle en uno de los beneficiarios de la ausencia de Batasuna.
En segundo lugar porque evita un ‘abrazo del oso’ definitivo de su socio mayoritario que pudiera poner en peligro su viabilidad como proyecto político a medio y largo plazo. Y es que una nueva coalición, aunque es prácticamente seguro que le daría más escaños de los que obtendría en solitario, desdibujaría el perfil de un partido cada vez más asociado, por mucho que intente desmarcarse, al proyecto político del PNV y, sobre todo, del lehendakari Ibarretxe. La decisión de presentarse en solitario, por tanto, le da oxígeno a su viabilidad como partido autónomo en el futuro.
Además, la casi segura pérdida de escaños en el Parlamento vasco (actualmente tiene siete) no tiene por qué restarle influencia política de cara a la formación de un nuevo gobierno. Recordemos el caso de EB-IU en los últimos años, que con tan sólo tres parlamentarios ha sido clave en la formación del Gobierno vasco. Ése es probablemente el futuro de EA: un partido irremediablemente más pequeño de lo que ha sido hasta ahora pero pieza clave en nuestro sistema de partidos debido al extremo pluralismo de éste. Una fuerza política que quizás pueda decidir la orientación de futuras mayorías de gobierno.
Iruzkinak
Markos 2008-11-30 02:49 #1
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