Carta abierta... al que interese

Las elecciones al rectorado de la UPV ya están aquí, y los candidatos piden que los alumnos seamos parte de este proceso democrático porque al parecer, nuestra voz es importante. No será tan importante, sin embargo, cuando el voto de absolutamente todos los estudiantes tiene un valor del 20% respecto al total, contra el 51% del valor del voto de los catedráticos y titulares. eN Peores condiciones se encuentran profesores contratados y PAS con un valor de voto del 18% y 11% respectivamente. Esto, permítanme decirles, no es democracia. Pregunté antes de las elecciones de Mayo sobre ello a Ignacio Pérez, y su respuesta fue muy clara. Los alumnos no conocen el complejo sistema universitario para poder decidir el rumbo que va a llevar la UPV. ¿Será que hibernamos en la caverna de Platón? Probablemente. Yo propongo dos opciones para solucionarlo. Una es que se nos ofrezcan las herramientas para conocer ese dificilísimo sistema, a TODOS (alumnos, PAS y profesores contratados), a no ser que este conocimiento requiera una cátedra en economía aplicada o ingeniería telemática. En tal caso, la otra opción es que se dejen las cosas claras y que no se engañe a nadie, que no nos usen de impulso, es decir, que digan claramente que dado la complejidad del funcionamiento de la universidad, no es de recibo dar voz ni voto a los estudiantes por no estar estos capacitados para dicha tarea. No tenemos la opción de decidir, pero, sin embargo, ¿sí de dar un empujoncito a quien votamos? A mí eso no me vale. En las últimas elecciones los alumnos hablamos, votamos, fuimos democráticos como queríais. Iñaki Antigüedad ganó las elecciones de 2004 si nos referimos al número de votos. Pero, como el voto estudiantil solo supone un 20% del total, fue Ignacio Pérez quien se puso al frente de la UPV. ¿Cómo debemos tomarnos esto los estudiantes? No os extrañéis, pues, de tan alta abstención.

Por otra parte está Bolonia. Nosotros también queremos cambiar el sistema universitario, no lo dudéis. También nos gusta ir a otros países, a estudiar o trabajar. Pero no a cualquier precio. No queremos devaluar el título de licenciatura a grado, para vernos después obligados a pagar un máster de unos 1.500-2.000 €. Yo no tengo medios para eso. No tengo medios para competir con las personas que puedan pagárselo. Me quedaré sin trabajo. Tampoco queremos dedicar 16 horas al día al estudio. Sí, queremos que las clases y la enseñanza sean más participativas, pero seamos claros, las clases magistrales también son necesarias. Además, también tendremos que pagar los créditos que correspondan a nuestro trabajo personal, ¿tiene esto algún sentido? La dedicación completa a sus estudios obligará a muchos estudiantes a abandonar la carrera por no poder pagarla, por no tener tiempo para trabajar a media jornada. ¡Tranquilos! Para eso están las becas. Pero no hay becas para todos. ¡Entonces, las becas préstamo! Ah bueno, pues entonces nada. Si podemos hipotecarnos para tener un lugar donde vivir, si podemos hipotecarnos para tener una forma de ir a trabajar, también podemos hipotecarnos para poder lucir de título, y si seguimos así pronto también tendremos la maravillosa oportunidad de hipotecarnos para pagar la consulta del médico y los medicamentos. Lujos innecesarios todos ellos.

Los estudiantes sabemos cómo funciona el mundo ahora mismo. No hace falta que nos tratéis como imbéciles. Todo está unido. La política es economía. La economía mercado "autorregulado". Según François Houtart, sociólogo belga y director del Centro Tricontinental, los gastos educativos a nivel mundial ascienden a dos mil billones de dólares. Sí, billones. Es una suculenta fuente de enriquecimiento, ¿verdad? No creo que sea ninguna novedad que el capitalismo consiste en aprovechar toda posibilidad de enriquecimiento. Es decir, privatizar cualquier cosa que merezca la pena privatizar. Pero hacer eso de repente enfurecería a la opinión pública. Por eso hay que ir pasito a pasito, y eso es lo que supone Bolonia, otro paso hacia la mercantilización de la educación, al menos, la de la educación superior. No queremos estar al servicio del capitalismo, de las multinacionales, corporaciones etc. Bastante tenemos con soportar el sistema actual, como para que también en este ámbito nos conviertan en piezas del engranaje.

¿De verdad pretendeis que nos creamos que el EEES es una reforma únicamente orientada a la mejora de la educación y en consecuencia a cubrir los intereses de los estudiantes? Absteneos de insultarnos tan sutilmente, como hacías hoy por la mañana en el programa Boulevard de Radio Euskadi. Que consideremos el proceso de Bolonia otra baza jugada por el neoliberalismo para beneficio de unos pocos, no os pone en posicion de tratarnos como ignorantes y de que os burleis de nosotros. No lo somos. Nos hemos informado. ¿no os gusta lo que tenemos que deciros? Ese no es nuestro problema. Pero quien pide respeto debe ser también respetuoso, y hoy habeis conseguido que yo me despertara ofendida y muy enfadada.