Moralmente afectados

kuxkuxean 1456150631780 k u x k u x e a n | 2008-04-16 17:18

    

     Los reality shows destruyen la moral de las personas que participan en ellos. Son muchas las razones por las que la moral de los concursantes cae en picado. Por ese motivo, los participantes de tales programas deciden volver al anonimato al abandonar el concurso.

 

     Los reality shows nacieron en Europa, luego empezaron a emitirse en Estados Unidos y más tarde invadieron buena parte del mundo. En el año 2000 desembarcaron en España con Gran Hermano en la cadena de televisión Telecinco. Ese formato televisivo fue un auténtico fenómeno mediático nunca antes visto. Millones de personas siguieron diariamente las situaciones que les ocurrían a personas reales dentro de una casa, tanto en las galas semanales o resúmenes diarios como en toda clase de programas que hablaban de ese reality show. Gran Hermano ha seguido emitiéndose durante estos últimos años hasta llegar a la novena edición. Sin embargo, cada vez existen más programas de tele realidad y todos los canales generalistas han tenido o tienen por lo menos uno, aunque Tele5 ha sido el que ha sabido sacar mayor partido a este género, ocupando gran parte de su programación con ellos.

 

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     Ese tipo de programas es un juego con la vida, sentimientos y moral ya que los concursantes tratan de sobrevivir a las dificultades que se les presentan, como, por ejemplo, el bajo presupuesto para comprar su comida, estar aislados completamente del exterior y dormir con el enemigo. Unido a eso, tienen que vivir con cámaras y micrófonos que captan sus acciones las 24 horas del día.

 

     Además, en los llamados talent show, reality shows en los que los participantes demuestran el talento que poseen, los participantes son criticados excesivamente. Ejemplo de la destrucción de la moral de los concursantes son las lindezas que Risto Mejide dice a los aspirantes de Operación Triunfo. Muchos son los que se han sometido al ridículo y humillación de la mano de ese publicista. A pesar de que él se defiende diciendo que no dice nada más que verdades, gran parte del público opina que le pierden las formas y que en la mayoría de la ocasiones hiere a los concursantes, pudiendo llevarles así al miedo escénico e incluso a dejar el mundo de la música.

 

    

     Aunque mucha gente apoye los reality shows y acudan a los castings siendo conscientes de lo que en ellos ocurre, por todo el mundo es sabido que en esa clase de programas se está 24 horas vigilado por cámaras, y que eso afecta al carácter y a la moral de las personas.

 

     Según dice el escritor y periodista César Gavela, “los reality shows son un infierno que en realidad acaban siendo bombas contra la autoestima. Los canales de televisión andan aturdidos por el descenso de audiencia y por ello quieren ir más lejos, amenazar, apretar más las tuercas.”

 

     Por lo tanto, la presión de las cámaras, los altercados con los compañeros, la falta de cariño de la familia, las críticas destructivas… hacen que los reality shows acaben con la moral de las personas que participan en ellos. Así, afectados, pueden llegar a caer en depresión o a abandonar su sueño y continuar su vida por otro camino ajeno a los reality shows.


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