El desastre de la planta de compostaje de Lapatx: lo que desea ocultar el Consorcio con sus críticas a la calidad del orgánico recogido PaP

gipuzkoasinincineradora 1456133263317 Gipuzkoa Sin Incineradora | 2011-01-06 12:58

Los promotores de la incineradora para Gipuzkoa en su campaña para obstaculizar y desprestigiar el sistema de recogida selectiva Puerta a Puerta llevan varios meses acusando a los municipios de Hernani, Usurbil y Oiartzun de que el residuo orgánico que llevan (obligatoriamente, dicho sea de paso, porque la Diputación les impide tanto crear sus propias instalaciones de compostaje como el llevarlos a centros de tramatamiento más baratos) es de mala calidad.

En octubre el diario más vendido de Gipuzkoa informaba a sus lectores de que "El biorresiduo de Usurbil, Hernani y Oiartzun es de «ínfima» calidad. El Consorcio advierte a los municipios del puerta a puerta que la materia". Los alcaldes de los municipios citados respondieron, tal como se puede leer en las noticias 1, 2, 3, 4, 5 y 6. En vano, según se verá.

Porque en diciembre los incineradores han vuelto a la carga. "Ultimatum a Hernani, Usurbil y Oiartzun para que mejoren su materia orgánica. Si no cambia la situación, El Consorcio de Residuos gestionará el biorresiduo" titulaba Noticias de Gipuzkoa. De nuevo han tenido que responder los responsables de los tres municipios: "Hernani, Oiartzun y Usurbil inciden en que su materia orgánica es de "excelente calidad" Aseguran que su biorresiduo es idóneo para elaborar compost" (Noticias), "Lapatxen jarduna zalantzan jarri dute Oiartzun, Usurbil eta Hernaniko udalek" (Gara), "«Lapatxeko gaitasuna kolokan ikusten dugu»" (Hernaniko Kronika).

Sin embargo, la mejor explicación de este supuesto embrollo la ofrecieron los representantes de los tres municipios en dos documento que tal vez por falta de espacio no han reproducido los medios pero que están disponibles en Internet.

Por un lado, el documento Calidad del Bioresiduo de Recogida Puerta a Puerta en Gipuzkoa, realizado por la empresa Novotec por encargo del Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (que es quien sigue denigrando dichos resultados). El resultado es claro: más de un 99% de pureza del orgánico recogido PaP.

Por otro, el Análisis cuantitativo y cualitativo que hacen del residuo orgánico recogido los ayuntamientos de Hernani, Oiartzun y Usurbil (documento original en lengua vasca). En dicho documento podemos leer que hasta octubre de 2010 dichos municipios han recogido más de 1.700 toneladas de orgánico. En ese período la empresa Novotec ha realizado 29 controles de lo recogido. Sin embargo, el Consorcio comenzó a emitir las amenazas arriba señaladas sin previo aviso de ninguna anomalía. Lo que llevó a los tres ayuntamientos ha realizar un trabajo de investigación y valoración de qué ocurre con dichos residuos a partir de entregarlos en la planta de Lapatx (gestionada por el Consorcio).

En la planta de Lapatx han detectado numerosas e importantes anomalías, que describen detalladamente en el informe. La sección de recepción de material se halla en deficiente estado y en ella el residuo orgánico se deja demasiado tiempo en condiciones inadecuadas. Las anomalías se suceden en la sección de fermentación: no se alcanza la temperatura adecuada, las mezclas no son adecuadas, etc, con lo que se compromete gravemente el resultado final. La sección de maduración carece de elementos tan básicos como el estar bajo cubierta (en un país tan lluvioso...).

No acaban ahí los fallos de procedimiento. No se tratan de modo separado residuos procedentes de PaP y de 5. contenedor, que ofrecen niveles mucho mayores de impropios. Se relaja el control sobre algunos grandes generadores de residuos. El residuo procedente de PaP queda abandonado durante varios días en los fines de semana. Y lo que es más dramático: la planta de compostaje de Lapatx está diseñada para tratar 208 toneladas al mes y ya en septiembre (gracias al esfuerzo de los municipios que funcionan PaP) entraron en Lapatx... ¡440 toneladas!

El informe va ilustrado con varios gráficos explicativos y dos fotografías que muestran el estado penoso al que han condenado a la planta de Lapatx.

El hecho de que por un lado la única planta de compostaje de Gipuzkoa funcione de modo tan deplorable y a la vez sus responsables además de ocultarlo intoxiquen a los municipios que mejor lo están haciento, esa conjunción de actos, admite la siguiente lectura: los responsables técnicos y políticos de los residuos en Gipuzkoa están saboteando la recogida y tratamiento del residuos orgánico. Sabotaje.


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