¿Y ahora qué?

Tras el cese definitivo de la violencia por parte de ETA, no se ve más que la palabra FIN por todas partes, como si de repente terminara todo. Muy apocalíptico, como si no hubiera mañana. Pero resulta que sí lo hay, y mejor que el pasado seguramente. Por eso, la pregunta que tiene lugar en este momento es la que da el título a este articulo: ¿Y ahora qué?, debe ser la pregunta que debe estar en boca y cabeza de todos.

Lo cierto es que el cese definitivo de la violencia tenía que llegar tarde o temprano. La sociedad vasca, aquella a la que ETA supuestamente defendía asesinando vilmente a personas absolutamente inocentes, le había pedido a ETA desde hace mucho tiempo que abandonara su actividad, sin resultado. Hablamos de años. Pero resulta que en cuanto el mundo de Batasuna ha decidido dar el paso y ha pedido a ETA el cese de la actividad armada, se ha hecho realidad en cuestión de meses, contando desde el acuerdo de Gernika. Esto evidencia que la izquierda abertzale pudo levantar la voz mucho antes para que no hubiera violencia etarra y así evitar muertes que no han hecho ningún bien a nuestro país, sino potenciar el odio y el rencor entre sus ciudadanos.

Y no solo la izquierda abetzale. El binomio PP PSOE se ha empeñado en alargar la vida de la banda armada hasta no poder más. Comía demasiada gente de ETA como para permitir que se acabara tan fácilmente mediante una negociación o el proceso que fuera. Dispersión de presos, tortura en las cárceles, detención de jóvenes que bien poco tenían que ver con ETA, masacrar personas en manifestaciones y toda una sarta de barbaridades que el estado ha cometido con el fin de mantener encendida esa llama del odio abertzale que ha conllevado la violencia de ETA.

Pero ETA ha terminado y volvemos a la pregunta inicial. ¿Y ahora qué? ¿Qué pasará con todos los escoltas de políticos y demás cargos públicos? ¿Qué pasara con todas las brigadas antiterroristas de Guardia Civil, Ertzaintza y Policía Nacional? ¿Qué instrumentos políticos utilizarán ahora los partidos políticos para manipular a la sociedad? Pese a que parece lo contrario, no me parece que a todos estos cargos políticos, policías, escoltas y demás personalidades les haga excesiva gracia el haberse quedado sin un importante instrumento político o más aun, verse sin empleo, entre otros perjuicios. Pero eso no es ninguna mala noticia, porque, por una vez, ellos pierden y la sociedad gana.