Fanatismos periodísticos
Han pasado ya dos semanas desde que se disputara el polémico derbi entre la Real y el Athletic, en el que el conjunto vizcaíno se llevo la victoria por un polémico 2-0, y digo polémico por el escándalo que se montó en torno al famoso gol “fantasma” que hubiera supuesto el empate a uno de la Real y no fue así. Como simple espectador del partido, reconozco que, a juzgar por lo que pude ver en la repetición, me pareció un gol clarísimo.
Por lo que un partido de este carácter significa, que va bastante más allá de un mero partido de fútbol, es entendible que los seguidores de la Real muestren su crispación por haberles arrebatado un gol que realmente sí fue. Pero los aficionados aficionados son y, como tal, protestan, insultan, gritan y se enojan muchísimo si les quitan un gol ante su eterno rival. Lo "normal".
Lo no tan normal viene al día siguiente en los periódicos, ésos que deben informar de lo que dio de sí el partido del día anterior. Ojeando un poco las crónicas de los principales periódicos guipuzcoanos, lo que se encontraba eran discursos puerilmente quejumbrosos, pretenciosos a más no poder y de un rigor periodístico nulo, en los que afloraba un resentimiento, una rabia y una impotencia absolutamente improcedente en periódicos a los que los lectores accedemos en busca de información lo más imparcial posible. Que se peguen cabezazos contra la pared si quieren, pero a mí que no me hagan leerme sus casquetas.
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