Cocherrail

Cocherrail. Sí. Así decidimos bautizar el viaje que cuatro amigos emprendimos hace 21 días y que recientemente ha puesto punto final tras casi tres semanas por sitios de lo más espectaculares y remotos de Francia, Bélgica, Alemania y República Checa, sin soslayar una noche en Viena. Un capricho que nos dimos.

Y menciono lo remoto porque no ha habido ni hoteles con estrellas, ni todo-incluidos ni pensiones completas, sino un coche, dos tiendas de campaña y cuatro maletas cuya proporción ropa limpia/ropa sucia se podrán imaginar en que sentido ha ido evolucionando.

Tal vez he mencionado muy a la ligera el nombre del viaje sin dar ninguna explicación al respecto, pero para el que le haya parecido una quijotada, informarle que se trata del símil con el clásico Interrail adaptándolo a nuestro medio de locomoción, el cual, a nuestro modo de ver, nos ha dado la posibilidad de ver mucho más de lo que se podría ver viajando de otra manera.

Antes de seguir el texto,-estaba empezando a parecer un diario personal de Frank de la jungla, y tampoco era eso-, he de mencionar que aproximadamente la mitad de las noches las pasamos con las vertebras sobre un colchón, porque, mirándolo bien, hay cuchitriles que salen incluso más baratos que una parcela de camping. Y lo de no tener que compartir baños con alemanes o franceses es algo nada desdeñable. No obstante, tengo que reconocer que tampoco nos hemos librado de pagar las consecuencias de hacer un viaje de bajo coste. Las acampadas libres a la intemperie en países donde el verano “no brilla” por su ausencia, sobre todo, han sido de lo más duro, pese a que no dejan de ser cosas de las que al día siguiente te ríes mientras te bebes una cerveza y coges fuerzas para volver a hacerlo.

De todo lo visto, que no ha sido poco, me voy a quedar con Berlín. Antes de ir me la habían descrito como la capital de Europa o el Nueva York europeo, y la verdad es que se merece dichos calificativos. Es una ciudad viva, cosmopolita, visualmente agradable y en la que nadie conoce a nadie, que es lo que más me gusta de todo.