PROPOSICIÓN DINÁMICA (2002) DE JORGE OTEIZA // Iñigo Sarriugarte

so 1467378181235 SO | 2021-01-17 09:33

PROPOSICIÓN DINÁMICA (2002) DE JORGE OTEIZA

La obra conclusiva de Jorge Oteiza (1908-2003) se ha definido como preminimalista10, es decir, formas asépticas y austeras en su formula-ción constructiva, lo que antecedía al minimalismo norteamericano, especialmente en relación a sus famosas Cajas Metafísicas realizadas a finales de los años cincuenta, lo que le valió el reconocimiento en el año 1957 del Gran Premio de Escultura en la 4º Bienal de Sao Paulo. Pero, a su vez, dichas obras se encontraban separadas de dicho movi-miento plástico, ya que Oteiza entendía la escultura como un medio de proyección espiritual, una base donde formular sus pretensiones, dudas y conjeturas místicas y es ahí que el espacio dentro de una mínima composición material se convierte en el principal intérprete de la obra.

Una vez alcanzado el cénit de su evolución, Oteiza se centró en la creación de ensayos, algunos convertidos en históricos, como el Quousque Tandem....! Ensayo de interpretación del alma vasca, publicado en 1963 y Ejercicios espirituales en un túnel, publicado en 1983, entre otras grandes obras. Únicamente, retomaría durante 1972-73 su faceta plástica para desarrollar su Laboratorio de Tizas, completando algunas familias experimentales, para más adelante llevar a materiales definitivos dichos modelos. Igualmente, fue uno de los mayores ideólogos e impulsores de la denominada Escuela Vasca, perteneciendo en su caso a la rama guipuzcoana conocida como Gaur.

La escultura Proposición dinámica se aglutina dentro de un conjunto de obras, que surgen de la investigación realizada por dicho autor en su famoso Laboratorio de Tizas, que como hemos comentado anteriormente, irán convirtiéndose desde principios de los años setenta en adelante en auténticas esculturas públicas, que se diseminarán por nuestro territorio. Este laboratorio de tizas es un conjunto de modelos realizados en miniatura, donde el artista fue aplicando todos sus lenguajes plásticos, siendo en cierta manera la culminación de una trayectoria de constante investigación. Las piezas serían materializadas no sólo en tiza, sino también en madera y hojalata.

Esta ha sido una de las fuentes más fructíferas que las instituciones han buscado para disponer de alguna de las obras de este escultor internacional en los ámbitos públicos, de ahí que se llevará una concienzuda campaña por ir trasladando dichos modelos de taller a esculturas en formato monumental. Esta derivación constructiva se fue acrecentando durante las últimas décadas de vida del escultor, tal y como ocurre con Proposición dinámica, situada en la plaza Rekalde, frente al edificio del Kultur Etxea, en lo que sería un juego comparativo de intereses visuales entre una fachada totalmente acristalada de corte racionalista y el juego dinámico y orgánico del acero corten que se emplea para resucitar dicho modelo experimental. En este sentido, fue el propio artista el que decidió el enclave y la disposición para la escultura, observando el interesante abanico de relaciones visuales y formales que se producía entre el entorno y su obra. Curiosamente, esta escultura sería inaugurada unos días después de su fallecimiento.

La propuesta se enmarca alejada de toda consideración volumétrica y de pesadez material, jugando con pautas que generan soluciones etéreas y sutiles, que son potenciadas por la altura de doce metros, al ser levantada por una plancha-soporte que descorporaliza con más fuerza la postura material de dicha escultura pública. La obra ha sido realizada en los talleres de Alfa-Arte11 S.A., de donde también han ido saliendo otras muchas piezas públicas del artista guipuzcoano, como Construcción vacía, instalada frente al mar en el Paseo Nuevo de Donostia; Irekidurak, escultura colocada en Galdakao; e Hillargia. La luna como luz movediza, en el exterior del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Mallorca, entre otros ejemplos.

No podemos dejar de anotar la constante polémica que ha girado en torno a este artista al sobredimensionar pequeños modelos de laboratorio a una escala pública, lo que alteraría el primigenio sentido de su elaboración. No obstante, es de agradecer que esta obra pueda ser diseminada por los diferentes lugares de nuestro territorio y sirva como un elemento articulador, comunicativo y cercano a la población, tal y como lo deseaba el propio artista al afirmar “Entendemos, pues, la creación monumental como limitación abierta de un gran espacio vacío, receptor dentro del complejo dinámico y turbador de la ciudad que trata de aislar en la comunidad la razón vital de su circunstancia, traduciéndola en razón existencial desde cuya intimidad se rehace la nueva conciencia espiritual y política del hombre12

En Proposición dinámica, el artista conjuga una serie de mínimos elementos formales, pero bajo una articulación orgánica y curvilínea, tanto en su vertiente lineal como más planimétrica, especialmente en lo que se refiere a la sección de mayor dimensión y que se asemeja a una hélice, recordándonos en este sentido las propuestas que realizaba el británico Anthony Caro durante los años 70 con dichas formas en una búsqueda de dinamismo constante. La escultura asume numerosos puntos de vista, siendo observada desde cualquier ubicación, ya que su colocación no sólo permite una observación desde el suelo, sino incluso desde una zona superior, si nos situamos en la plataforma que da paso a las escaleras y al ascensor que se ubica en dicha plaza. Indudablemente, la perspectiva más elocuente se localiza frente a la escultura, frente a su sección helicoidal, ya que de aquí se torna la obra mucho más poética y expresiva, junto al baile sugerente, sutil y etérico de sus acompañantes lineales y todo ello frente a la fachada del edificio del Kultur Etxea, caracterizado por su estructuras formales de proyección seriada y repetida.

Evidentemente, se estudia toda la estructuración de la escultura, su composición y conexión entre los elementos divergentes, generando constantes de dinamismo, que ya se habían proclamado en las primeras vanguardias y especialmente en las fuentes del constructivismo ruso, a la que el artista vasco era tan asiduo y cercano. Esta dinamización de la escultura en proyección espacial remite a los experimentos formales realizados por Naum Gabo y Antoine Pevsner, lo mismo que muchos de sus trabajos más volumétricos con las tizas recuerdan los Objetos espaciales de Alexander Rodchenko.

Proposición dinámica es un canto a la evolución, a la transformación constante y serena, simbolizada en la defensa que Oteiza marcaba como pilar esencial en la vida de todo artista, que debe evolucionar al igual que lo debe hacer la propia sociedad, ya que lo anclado deja de existir. Si el interés de la obra reside principalmente en su lenguaje formal y orgánico, que le hace emparentarse con algunas de sus Unidades Malevitch de 1957 y Construcción Abierta de 1958, entre otras, tampoco podemos dejar de lado este simbolismo marcado por una dinámica evolutiva.

La escultura ha sido un medio de análisis para aspectos como la flotación y la suspensión, que a su vez han estado ligados a experiencias anteriores sobre el problema del apoyo, para a partir de aquí analizar otras variantes plásticas y formales, como son los puntos de movimien-to, puntos de tensión, configuraciones espaciales, extensiones, etc.

Después de la edición del catálogo y el texto Propósito Experimen-tal 1956-57 y de lograr el premio de la Bienal de Sao Paulo en 1957, comienzan a aparecer en 1958-59 las primeras obras conclusivas de su trayectoria plástica: las Cajas Metafísicas, siendo este el foco de interés del artista, al generar una comunicación estructural bajo una mínima morfología. Esta será la clave de muchas de sus piezas, tal y como ocu-rre con la escultura que nos ocupa. Evidentemente, se podía haber ten-dido hacia una mayor barroquización formal y promover de este modo un movimiento mucho más envolvente y vertiginoso, pero la actuación de este artista siempre se ha mantenido alejada de premisas recargadas y sobras de elementos.

Este uso minimalizado de los elementos constitutivos para la elabora-ción de una escultura viene apoyado en la Ley de los Cambios, donde se recoge la tendencia del propio artista hacia modelos de vaciamiento y espacialismo continuo. La teoría fue aplicada tanto a la historia del arte como a su propia trayectoria artística. De acuerdo al artista,13 existen dos fases, que se contraponen y que no pueden existir una sin la otra: una primera fase de acumulación y mayor materialización técnica y una segunda de desmaterialización e interiorización. En esta primera etapa, se da un incremento de la expresión, donde aparecen numerosos problemas de estructura. La segunda etapa, que también existe en cada una de las épocas anteriores, resulta una fase conclusiva. La expresividad disminuye, la comunicación en vez de ser exterior se torna interior, debido a una desacumulación y desmaterialización. Obviamente, esta escultura se posiciona en camino de la segunda fase, intentando ser lo más expresiva posible con los mínimos elementos. La propia curvatura de las formas constituyentes de la escultura engloban y acogen espacios y vacíos, que resultan fundamentales en la comprensión de su obra plástica. Al final y al cabo, la incorporación del espacio en la propia escultura se convirtió en su propia solución existencial y en una victoria sobre la muerte, es decir, la solución a sus problemas metafísicos. El artista afirmaba14 que esta respuesta no se encuentra en nosotros mismos, sino que se emplaza más allá de lo físico. En este espacio religioso, se asientan las creencias existenciales del escultor.

10 Txomin BADIOLA: “Oteiza: Propósito Experimental”, en AA. VV. Oteiza: Propósito Experimental, Ed. Fundación Caja de Pensiones, Madrid, 1988, pp. 59-61

11 Esta compañía, situada en Eibar (Gipuzkoa), ha tomado parte en la realización de un importante número de las piezas instaladas en Leioa, caso de los trabajos Besarkada I de José Ramón Anda, Sin Título de Remigio Mendiburu, así como de otras esculturas de Diego Cruz y Lourdes Umerez.

12 Jorge OTEIZA: “Memoria del concurso para el Monumento a José Batlle y Ordoñez” (1959), en AA.VV., op. cit., p. 228

13 Jorge OTEIZA: “El arte hoy, la ciudad y el hombre”, conferencia realizada para la clausura de la 1º Semana de Arte Contemporáneo, Irún, 1961, en Jorge OTEIZA: Quousque Tandem...! Ensayo de interpretación estética del alma vasca, Hordago, Zarautz, 1983, apar-tados 72-75.