Gasol Laker-en

nicolas 1456151819391 KIROLAK (eki- dbh 4c) | 2009-04-20 16:44

Gasol hace de esqueleto y Kobe de músculo de unos Lakers muy superiores

  • · El español sostuvo al equipo en el global del partido, con las apariciones de Kobe Bryant para matar · Los Lakers lo tenían ganado al descanso (más 22) y se dejaron ir en la segunda mitad · Nunca corrió peligro su victoria

Por QUIQUE PEINADO 19/04/09 - 23:44.

Lakers 113
Jazz 100
Equipos
Los Ángeles Lakers (30+32+24+27): Gasol (20), Ariza (21), Odom (13), Fisher (8) y Bryant (24) -cinco inicial- Bynum (7), Brown (9), Vujacic (-), Walton (5), Farmar (-) y Powell (6).
Utah Jazz (19+21+33+27): Williams (16), Milsap (15), Kirilenko (8), Boozer (27) y Corver (7) -cinco inicial- Collins (7), Brewer (6), Miles (6), Harpring (8) y Knight (-).

La apatía atacó a las raíces del juego de los Lakers y lo que podía haber sido un aviso a todos los rivales que osen rozar el favoritismo de los amarillos a ganar el anillo se queda en una victoria tan clara que casi aburrió. Sólo la desidia de los Lakers en la segunda parte, cuando todo lo habían decidido al descanso, fue enemigo para los de Phil Jackson. Enfrente unos Jazz voluntariosos a ratos, pero nada más. Ni siquiera fe tuvieron los chicos del Estado de los mormones.

Pasaron 10 minutos de partido hasta que Kobe Bryant anotase su primera canasta, y otros tantos hasta que el escolta decidiese que ya era hora de acabar con el tostón que estábamos presenciando. Siete puntos seguidos del escolta de Philadelphia en apenas un minuto y medio acercándose al descanso fueron la espita que hizo arder el juego de los locales. Un triple de Luke Walton al borde del descanso dejaba la ventaja en 22, la máxima del encuentro, con la que se llegó al descanso. El partido se había terminado.

Un lunar: la laguna que sufrió el equipo al comienzo del tercer cuarto, donde se tragó un parcial de 1-10 sin mostrar la más mínima alteración de los biorritmos de su orgullo. En el minuto nueve de ese tercer periodo, los Jazz llegaron a bajar de 10 puntos (72-63, 98-89 a menos de seis minutos del final), pero fue simplemente una falsa alarma más propia de un exceso de confianza que de una falla real en su juego.

Pau y los Lakers, sensación de superioridad
Gasol vivió en una sensación de superioridad y control absoluto durante casi todo el partido, como su equipo. Al descanso, habiendo jugado 18 minutos, ya sumaba 10 puntos, siete rebotes y dos tapones sin haber hecho nada de ruido. Acabaría con 20, nueve y cuatro, respectivamente. Sólo el daño, mucho, que le hizo Carlos Boozer al poste bajo en muchos momentos del partido (y que provocó su eliminación por faltas) es un lunar. Por lo demás, Pau catalizó el juego de los Lakers en todo momento, y en muchos momentos fue referencia casi única del ataque del actual subcampeón. Parece que Pau sostiene los encuentros en los momentos 'valle' del partido y Kobe surge cuando hay una alarma o es el momento de finiquitar el encuentro.

Los Lakers ganaron con una facilidad casi insultante. Nadie parece poder permitírselo a estas alturas de la Liga, ni siquiera Cleveland, que demostró que está altísimo de forma, pero sí que tuvo que apretar en la segunda parte para evitar que Detroit se acercara. Sólo un desastre propio de ocho minutos tras el descanso mostró a unos Lakers vulnerables. Dio la sensación de que cuando quiso apretar mínimamente el acelerador, todo se acababa.

La duda de los bases
Derek Fisher demostró que no defiende a nadie, Jordan Farmar menos y Shannon Brown es, de momento, una gran solución, pero más adelante puede ser sólo un parche. Este jugador, físicamente espectacular, hizo un gran trabajo defensivo con Deron Williams y anotó cuando tuvo que hacerlo (tres de tres en triples). Es la sorpresa agradable de este equipo.

El resto funciona. Bynum y Gasol se mostraron intimidadores en la primera parte, aunque en la segunda bajaron, como todo el equipo, con los dos en problemas, y graves, de faltas. Lamar Odom cada día está más cómodo saliendo desde el banquillo, ya sea corriendo o jugando al poste en estático, y Trevor Ariza sigue creciendo, hasta completar un partido estelar.

Ah, y Kobe Bryant hizo sus números (24 puntos y ocho asistencias) sin esforzarse absolutamente nada. Sabe que va a necesitar a sus compañeros en retos más complicados y trató de meter a todos en la rutina ganadora, aunque surgió cuando el partido necesitaba su 'punch': para acabar con los intentos de remontar de Utah o para cerrar el choque. De momento, Utah no es rival, y parece que en Los Ángeles no va a ganar ni se va a acercar. Si los Lakers ganan 4-0 o los de Salt Lake City evitan el rosco se verá en el Energy Solutions Arena.


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