Pedro Esarte Muniainen iritzi artikulua
Razones y adhesión a la Convocatoria del 15 de mayo
Pedro Esarte Muniain
La lengua hablada, y sobre todo escrita (antes del cine y la televisión) fue el instrumento apropiado para la colonización de pueblos y gentes, y aún sigue siéndolo. Los romanos se instituyeron a sí mismos como el pueblo, la cultura, la ley, el derecho y la fuerza para imponerlos. Su lenguaje fue conciso y explícito, generando por sí y para sí la escritura, como la forma culta de expresión. Su presencia ante la sociedad en general se plasmó como valor propio y único en la escritura.
Lo que se estableció a
nivel de idea dominante, se aplicó a las colonias. El latín fue la lengua
Hasta tal punto que el francés, italiano,
castellano, derivaron del latín, y tras pasar por diferentes romances,
concluyeron en ser adoptadas como lenguas oficiales de uso para el ejercicio de
cada Estado, como expresión de forma escrita para su pervivencia. Y lo fue en
la lengua de colonización.
La escritura pues, se constituyó como fuente de la
memoria, se estampilló dentro de la legislación del lenguaje (transmisora de la
ley del que la impone), y pasó a ser factor en sí misma de colonización sobre
Los gobernantes que hemos tenido los vascos o los
navarros, no han destacado por la defensa sin complejos del idioma navarro o
vasco. Un corto recorrido histórico, nos señala siempre la promesa vana y la
posterior imposición del lenguaje del extranjero, desde que Sancho el Sabio,
asentara dicha lengua como la navarra.
Luego han pasado dinastías foráneas a gobernar
Ya con la rama goda de los trastámaras, cuyo mas
genuino ejemplar fue el rey católico, se negó repetidas y constantes veces a
conceder obispos nativos y euskaldunes, a pesar de las continuas peticiones
desde la diócesis de Pamplona (incluido el arciprestazgo de Guipúzcoa), en razón
de su necesidad por ser el euskera la lengua de la mayoría de sus habitantes
además del clero.
Tampoco es casualidad, el hecho de que en Navarra
nunca fuera atendida en sus peticiones de crear una universidad pública, y
cuando lo consiguió, ya en el siglo XX, fuera la privada y mas carca de todo el
Estado. Lo mismo que de poseer academia de la lengua, carencia hasta que
gracias a iniciativas privadas, se creó Euskazaindia.
Cualquiera que haya manejado textos notariales del
siglo XVI, habrá podido prefijar que sus autores, eran notarios euskaldunes,
por la forma de redactar sus escritos, y obligados a hacerlo en lengua
extranjera por razón de las leyes y sus gobernadores, teniendo que ser
explicada, dando su traducción al euskera, para conocimiento de sus vecinos.
Pero lo mas desvergonzado de los gobiernos
actuales, meros bufones del gobierno del Estado, es haber reducido en la
Navarra oficial (los restos territoriales actuales del reino y de la nación
vascona), a zonas lingüísticas vascas, en razón del porcentaje de habla de sus
habitantes, en su extorsionada lengua. Esa es la verdadera politización de la
lengua: considerar la lengua oficial y mayoritaria como atacada, por la
diaglosizada y minorizada, en una tergiversación infame y desvergozada.
Eso es echar el mal hacer propio al contrario, mas
aún cuando se acusa de hacerlo con objetivos políticos. No hay mayor
utilización política y partidista de una lengua, mayormente siendo la propia,
cuando se la limita, rebaja, desprecia o se la denigra, como viene ocurriendo
en Navarra, bajo el discurso de los últimos gobiernos que hemos tenido en
Navarra.
Y hablando de porcentajes, habría que pensar
porqué no son consecuentes nuestros gobernantes, y dejan de asistir a los actos
religiosos, cuando en las capitales asiste un porcentaje menor del 20 % al
cumplimiento de su creencia.
Sobre los caminos que han conducido a la
diglosidad del euskera, me reduciré al tiempo y ámbito que me ha tocado vivir,
a partir del genocidio de 1936. Nací ese año y esos días en Elizondo. Ese año
se cerró la ikastola existente en el pueblo, y los elizondarras que la
costeaban tuvieron que exiliarse a Baiona.
Mis primeros contactos colegiales pues, fueron con
las monjas misericordiosas que nos pusieron para
Luego me vi en los frailes de Lekaroz. Todos los
capuchinos euskaldunes, se habían visto obligados a emigrar en un exilio
forzado, y se hallaban desperdigados mayormente por Sudamérica. A nosotros nos
sujetaron al temor a Dios, y a comprender que la única lengua que nos
proporcionaría un bienestar y porvenir, sería como no, la que estaba en los
libros de texto.
Curiosamente en estos días
recientes, me he encontrado con el artículo Navarra, ni lo ha sido ni es
bilingüe”, de un viejo conocido mío: Pedro Pegenaute Garde. Lo conocí
cuando se esforzaba en crear un partido (que estuviera a favor de todo sin mojarse
en nada), y había hecho su secretario a un zerrikitari de Leiza euskaldun, cuyo
nombre no viene al caso y con el que yo mantenía tratos comerciales.
Me lo puso como ejemplo de
que él estaba a favor de lo vasco. Pero su partido no triunfó y se dijo de él
que andaba estos últimos años por las oficinas oficiales demandando “de lo
mío que, de lo mío cuando ...”. Como no se puede hacer caso de los chismes,
prefiero optar por cuestiones serias. Mi tocayo logró obtener el puesto de
Director de Política Lingüística, donde destacó por su mal hacer.
Por eso me extraña que en
su reciente artículo, no haga mención a este cargo y sí al de Doctor en
Historia, profesor y titulado IESE. Aunque para dilucidar que “en el reto de
la modernidad de Navarra, conviene dejarnos de complejos, admitirnos como somos
y aceptar
Su constante argumentación
de aportar escritores de nivel universal, políticos españoles que se
pronunciaron por la riqueza del “español”, o incidir en que la encuesta que se
hizo en su mandato sólo daba un 22% de vasco-parlantes, desvían el debate a una
cuestión que aboca a considerar que el inglés o el chino, deberían ser la
lengua de todos.
Pero cuando esta política la llevan a efecto los cargos públicos contra la lengua vernácula de los naturales que aún la conservan o luchan por utilizarla, estamos viendo una prevaricación en la aplicación de abusos, sobre un medio social no afecto a la colonización del lenguaje. Mas aún la prevaricación debiera ser tanto mas aplicable, en cuanto ésta afecta a ámbitos sociales. Mas aún, cuando lo comete el órgano oficial de gobierno, falseando lo que alardea de defender: el derecho propio de sus ciudadanos. ¿Qué se opinaría de un gobierno dictando medidas contra el uso del castellano?
Pero la razón de este artículo, es buscar el lado positivo, y mi intención persiste en dar a conocer la existencia de una demanda social para conocer la lengua propia. Es el de enorgullecernos de nosotros mismos, por la campaña abierta de sacar el euskera a la calle, no sólo por los euskaldunes ya inmersos en la lengua, sino también por los euskalzales que la balbuceamos.
Porque para que la lengua sea medio de transmisión
de ideas entre personas, sea medio de entendimiento hablado, escrito y hasta
visual, es imprescindible llevar a la calle, que funcione en los organismos
públicos, en las universidades, espectáculos de cultura, etc., buscando la
conservación y aumento de hablantes. Es hacer frente a los que desde una
falseada retórica, desde un recorte de apoyos a la enseñanza, ... niegan los
derechos a su aprendizaje, empleo y divulgación.
Por ello, y desde mi estima total y posible
colaboración, expreso mi total apoyo a los organizadores de Nafarroan euskeraz
bitzitzeko eskubidea ta bizi nahi dut, a Kontseilua y los colaboradores de la
campaña y animo a los dubitativos, a acudir a la manifestación del día 15 de
mayo.
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