El día en que Kaos se quitó la Kareta
El fallo está en el camino y en algunos malos hábitos que han convertido los relatos en una fonética insoportable, una manera de entender totalmente esquiva. El fallo está en las circunstancias, en el alrededor pintado de murales. En otras palabras; que me importa una mierda el mundo físico, que me importa una mierda si esto tiene nombre de mesa, si aquello es líquido, si lo otro sólido. Por aquí todo se descompone y algunos ni se dan cuenta de que lo que apesta les toca de cerca. De vuestra libertad depende la mía, de la mía os estáis alimentando vosotros.
Parásitos aferrados a sus coches me salen al paso y yo tranquilita en mi bicicleta de principios de siglo. La humanidad es casi tan escasa cómo el código en el que nos expresamos, tendríamos que habernos extinguido en ese momento. Hemos perdido quizás lo único que podría habernos evitado el mal trago; hablo de la piel.
Me rompo y al extenderme me precipito lo justo no vaya a ser que intenten recomponerme y tengamos entonces que hacer frente a un aspirante a dios resurgido de la basura. Protejámonos que estamos entre personas, cerrémonos que los nombres y apellidos existen.
Cuánta cobertura para el miedo inscrito en el libro de familia¡. Todas las bases del concurso ordenaditas y clasificadas en testamentos, en versículos diarios.
-¿Que haces?- Pregunto
- Hago tiempo- contestas
- Claro.....
Hace tiempo.
Púes qué bien. Y al instante, imagino un telar de segundos que se tejen, una especie de bruja que le da a la rueda y se dedica a la superproducción de tiempo para abastecer los huecos de nuestro aburrimiento.
Y al instante, me estoy observando sentada justo de frente a mí y a la vez escribiendo y mi reflejo perecedero me gusta y ese puntito de inmortalidad que tiene el que escribe es falso, es pura honestidad; un mártir de entretiempo.
Y al instante, me estoy poniendo en las botas un aceite pegajoso para que, en cuanto pise la calle, me expulse de un resbalón fuera. Tengo un paraguas afilado por si la atmósfera ofrece resistencia. Acabo de optar por la acción menos azarosa; aprovecho que este año, el azar no toma vacaciones, a de cotizar para la vejez¡.
-¿Y que pretendes decirme?-
-Nada- Contesto
Te asombra, lo sé porque te acabo de ver indiferente al resto, acabo de ver que me prestas atención -nada- repito. Estás al borde de la desesperación. La nada no gusta, intranquiliza. A mí me aquieta, me da, digamos, la motivación necesaria, quiero decir, que la nada es a día de hoy el mejor albañil. De hecho por si construyen pisos de protección oficial me acabo de instalar con mi sombrillita de verano en el mismo centro de la nada, hasta que dure, hasta que entren las escavadoras. Empiezo ladrillo si, ladrillo no.
Acabo de ver pasar -desde esta posición privilegiada- por el lado opuesto del universo un cometa que creía exiliado. Si lo llego a saber le saco una foto, total, los principios importaban cuando la luz era natural. Veras, eso no va a volver a suceder, como explicarte, eso no va a volver a pasar. Porque de todas las silabas que están aquí y allí, que pululan de un lugar a otro, de todas las que llevan impregnadas algo aprovechable, las que lo representaban, se han quedado mortalmente heridas en el sistema, se han quedado en el conformismo, se han quedado en el abono de lo que funciona, en lo práctico.
-yo soy completamente libre- dices.
Y yo me río, me río durante tantos siglos que las pirámides me parecen una broma, me río tanto que me acabo de extinguir. Me río constantemente hasta que me desnudo, en ese momento, las moscas, los policías de la mierda se posan en mi cuello, en mis manos, en mis pechos y me quitan la posibilidad de amamantar a mis futuros amantes. Y lo llaman trabajo.
-No entiendo nada- dices
- Estáis haciendo de mi piel un pudding de radioactividad-
- no entiendo nada- repites
No importa lo que tengas en mente ni lo que te pueda suceder después por haberla usado. No, no me preocupa a excepción de algo; el interior de mi ataúd es cuestión mía. Diseño no, gracias.
¿Qué para quién son ese pico y esa pala?, para ti cariño; He pensado qué tal vez te hagan falta, has de construirte todas las salidas que puedas de lo contrario, llegado el momento, aquí no va a quedar oxigeno. Me esta entrando de nuevo la risa; tengo la certeza de que tienes en los labios la palabra que ha de enterrar todo lo que en un momento de debilidad podría haber consolidado o al menos concretado. No me cabe duda de que ya tenéis planeado incluso el momento en el que, la cantera cederá a las rocas y todo estará irremediablemente sepultado.
Miren, que me estoy vistiendo, que me estoy poniendo mi vestido de noche, miren que no tengo cejas, ni tampoco pestañas, ni ojos. Miren que no tengo olfato, miren que no tengo oído, miren que soy su marioneta, miren que ustedes lo hacen todo por mi, que yo no se nada. Miren que dignamente gobernada me tienen.
Clip¡, me acabo de cargar a fuerza de mordisco el hilo de pita que mantenía mi brazo izquierdo colgado en el aire. Me está entrando vértigo... Clip, se acaba de romper por el sobrepeso, el hilito que mantenía mi pierna derecha en movimiento. Clip, clip, clip, ostias¡ me he soltado, me libero.
¿Y ahora?, ¿hacia donde?. Nadie me pide explicaciones, algo ocurre. Esto no es libertad, es otra cosa. Soy, por ejemplo. Estoy notando el péndulo de debajo de la tierra, del mismo centro, estoy notando la gravitación. Ellos no me ven, estoy en medio y no me ven.
- Buenos días, Libertad, supongo-
- si,si, adelante, pasa....-
Era todo mentira,STOP la libertad es una infiltrada STOP estoy aquí con ella y es una espía. STOP La libertad es inventada. PUNTO.
Estás en silencio, te acaba de aplastar mi viaje, estás en silencio, osea, que no hablas. Púes qué bien.
-A mí, después de esto, me apetece pedirle a tú cuello una explicación-
Sigues en silencio, púes qué bien y yo que traía fotos¡.
-Sino una explicación, quizás, un guiño discreto de tú piel a mis dientes -
Continuas en silencio y entonces ya adivino que debo relatarte todo mi viaje, que debo empezar por el final porque a ti los principios te parecen del todo pasionales, demasiado humanos. Abro la boca indudablemente porque me aburro.
-ni siquiera el amor tiene ese permiso descontrolador de controlar incluso lo que no quiero decirte-
Y así como que no quiere la cosa, te acabo de plantar en tu cama almidonada dos mil años de penosas exigencias, de extraños pasatiempos. Te acabo de exhortar a disimular tus celos corrientemente inhumanos, te acabo de invitar a deshacerte de esa pandemia de amor correcto, único, estirado.
Era todo mentira STOP, el amor es un infiltrado STOP estoy aquí con él y es un espía. PUNTO.
AQUÍ alguien que ni siquiera me conoce, alguien sin rostro, alguien que responde al nombre de alguien, pluriempleado en los sueños, nombres y pronombres, problemas, y demás ficciones humanas, me pregunta a la altura de la plaza del Arriaga ;
-¿Este teatro está enfermo?,
y yo contesto -si, la piedra tiene cáncer-
-¿y que se puede hacer por ella?-
-Supongo que... que una piedra tenga cáncer es lo último-
Este alguien se marcha y al girar la esquina regresa otro alguien y me pregunta
-¿ se puede saber que ostias estás buscando?. Nos estas desestabilizando-
Ahora sí, el relato ha terminado. PUNTO.
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